Allí, a solo 600 metros de profundidad, hay un botín de enorme tamaño, aseguran historiadores. Entérese aquí y haga sus cuentas.

[[nid:489093;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/12/naufragios_cronologia_thumbnail.jpg;full;{En los últimos 40 años, gracias a los adelantos tecnológicos, compañías 'cazatesoros' han logrado sacar a la luz los tesoros escondidos tras los naufragios de numerosas embarcaciones españolas e inglesas. Conozca cuáles han sido los más importantes hallazgos.Elpais.com.co}]]

Los historiadores no se ponen aún de acuerdo: mientras unos calculan que los tesoros que reposan en el galeón San José —descubierto en noviembre pasado  a 600 metros de profundidad en las aguas del Caribe colombiano— podrían valer US$17.000 millones, los menos optimistas los tasan entre US$1500 millones y  US$10.000 millones.

De los últimos hace parte Raúl Consuegra, historiador cartagenero, pensionado de la Armada Nacional. Repasando algunos de sus libros, hace cuentas: “si en realidad la cifra fuera de US$10.000 millones,  se podría pagar  hasta la décima parte de la deuda externa de Colombia”.

Otros como  Juan Manuel Prieto, representante del presidente Santos en la Comisión de Especies Náufragas, y quien desde hace unos 20 años defiende la potestad colombiana sobre el galeón, cuenta que el valor calculado de lo transportado en esa embarcación no pasa en realidad de US$1500 millones. Eso, aclaró, sería el valor material, “sin contar la valuación histórica (darle valor) que puede tener un barco que data de los siglos XVII o XVIII”.

Uno de los pocos datos certeros se halla en lo que quedó de los cuadernos contables del San José, los cuales están en un museo de Sevilla, España, donde era esperado el galeón en 1708. Era esa la ciudad que recaudaba toda la riqueza que se extraía en América en tiempos de la Conquista.  

Según estos documentos, al interior de la embarcación ‘viajaban’ 11 millones de monedas de oro. El economista Alfredo Rueda dice que su valor comercial sería hoy de  $31,7 billones. Y si eso es así, explica, él haría un cálculo sencillo que revela la magnitud del tesoro hallado por el Gobierno: “si se repartiera este dinero entre 48 millones de colombianos, a cada uno nos corresponderían $656.000, es decir, $12.000 más que el salario mínimo”. 

ReuniónEste sábado se reunieron en Cartagena el ministro de relaciones exteriores de España, José Manuel Margallo, y su homóloga colombiana María Ángela Holguín.Margallo  reafirmó el interés de España sobre el galeón San José.

Esa cantidad, agrega, no incluye las  200 toneladas de joyas, esmeraldas, lingotes de oro y plata y custodias (piezas de metales preciosos  donde se expone la hostia) que se presume iban  en la embarcación.

Sin embargo, para el historiador y abogado Gonzalo Castellanos, gran parte de esos cálculos parecen  más el argumento de un libro de ficción. “Es una leyenda alimentada por cazatesoros y por empresas como Sea Search Armada que desde 1982 dio las coordenadas para la localización del galeón y argumentó que en su interior existía una fortuna billonaria”. 

Dicha compañía invirtió por entonces unos $5000 millones en la exploración de las aguas cercanas a las Islas del Rosario para dar con las coordenadas exactas del San José y así sacar a flote más de 300 años de historia. 

Por cuenta de esa inversión, la empresa norteamericana reclama hoy en día el 50 % de los hallazgos del galeón. Pero el Gobierno de la época expidió un decreto de ley que redujo su participación  al 5 %.

Inconforme con la decisión,  la Sea Search Armada demandó por US$17.000 millones al Estado colombiano alegando  supuesto incumplimiento de un contrato para recuperar el mítico galeón. La demanda fue fallada en su contra.

El del San José, sin embargo, no sería el único tesoro que se encuentra bajo las aguas territoriales de Colombia. Según Ernesto Montenegro, director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Icanh, —entidad del Ministerio de Cultura que lideró la búsqueda del galeón español— el país tendría por lo menos cien naufragios coloniales que permanecen en sus aguas.

Otro de ellos sería  la flota de Luis Fernández de Córdoba, como lo explica  el director de la Fundación Tierra Firme, Carlos del Cairo, quien ha liderado investigaciones sobre el patrimonio sumergido de Colombia. Dicha flota, que hizo varios viajes a Cartagena de Indias, habría naufragado en el Caribe a comienzos de 1600.  

Del Cairo resalta que la Unesco declaró a Colombia como potencia en materia de patrimonio sumergido. Pero, a pesar de eso, y de la recientemente aprobada Ley de Patrimonio Sumergido,  no existe un inventario oficial.

La historiaEl Galeón San José se  hundió el 8 de junio de 1708 a unas nueve millas de la ciudad de Cartagena, en cercanías de las islas del Rosario. Había sido construido hacia 1698 por el duque Aristidies Eslava. La riqueza que ‘viajaba’ en su interior eran los recursos que se quedó esperando el rey Felipe V de España cuando estaba en pleno fragor la guerra de Sucesión y España vivía una de sus peores crisis económicas.Hacía seis años que de sus colonias españolas no llegaba un gramo de oro y el viaje de regreso del San José, repleto de las riquezas acumuladas en ese tiempo, desde Perú hasta Colombia, era la gran esperanza del Rey para mantenerse a flote.Según el historiador Raúl Consuegra,  la leyenda del San José indica que por cada baúl de tesoros (generalmente representados en monedas de oro) se cargaban otros dos con piedras preciosas.Pero únicamente  el capitán del galeón San José y el comandante de la guarnición de Cartagena conocían la cuantía exacta.Fuera del registro están las pertenencias de más de las cerca de 600 personas que emprendieron el viaje, entre ellas los familiares del virrey de Perú de la época. Se estima que  entre el  contrabando que llevaba el San José y las mandas (remesas libres de impuestos que tenían derecho a enviar a España los colonos en baúles sellados y que únicamente pagaban flete por el peso) el solo casco del buque puede contener no menos de US$500 millones extra representados en lingotes y piedras preciosas.