En el barrio San Nicolás de Cali, una intervención ambiental se convirtió en una misión de rescate. La tala de una palmera real de más de 100 años, que presentaba un deterioro avanzado, movilizó a funcionarios del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma) y a miembros del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Cali.

Lo que en principio parecía un operativo rutinario por riesgo de caída, terminó siendo también una acción para proteger la vida de dos guacamayas carisecas que habían hecho su nido en lo alto del árbol.

En el barrio San Nicolás de Cali, una intervención ambiental se convirtió en una misión de rescate. | Foto: Bernardo Peña/El País

De acuerdo con el informe técnico, la palmera presentaba raíces debilitadas, tronco hueco y riesgo inminente de colapso, lo que se convertía en una amenaza directa para peatones, vehículos y viviendas cercanas.

El hallazgo de las aves obligó a coordinar una estrategia especial para que el retiro de la estructura vegetal no comprometiera su integridad.

El procedimiento comenzó con la instalación de cuerdas de seguridad y canastillas elevadoras, que permitieron a los bomberos acceder a la copa. Allí localizaron el nido y retiraron cuidadosamente a las guacamayas, evitando que el ruido y la vibración de las sierras provocaran su huida en condiciones inseguras.

Una vez rescatadas, fueron entregadas a un hogar de paso especializado donde recibirán atención veterinaria, alimentación controlada y seguimiento antes de ser reubicadas en un hábitat adecuado.

Estas fueron las aves rescatadas durante el operativo ambiental | Foto: Bernardo Peña/El País

Vecinos del sector, algunos con nostalgia por la pérdida de un árbol que consideraban parte del patrimonio natural del barrio, se acercaron a observar el operativo.

“Esa palmera estaba aquí desde antes de que yo naciera. Es triste verla caer, pero la seguridad es lo primero”, comentó una residente de la zona. Otros manifestaron su satisfacción por el rescate de las aves, reconociendo el esfuerzo de las autoridades para proteger la fauna urbana.

La tala se extendió durante varias horas, pues se realizó de forma controlada para evitar daños a estructuras aledañas. El Dagma señaló que este tipo de intervenciones, aunque generan debate, son indispensables cuando los árboles representan un riesgo estructural grave.

La entidad también recordó que cualquier ciudadano puede reportar árboles en riesgo a través de sus canales oficiales, permitiendo evaluaciones oportunas y acciones que prioricen la seguridad sin dejar de lado la conservación de la biodiversidad.

Con esta operación, no solo se evitó un posible accidente de los transeúntes y conductores que transitan por la zona, sino que se garantizó que las guacamayas, consideradas especies de gran valor ecológico, continúen su vida en un entorno seguro.