Por estos días, las aguas del río Cali se han teñido de color naranja, lo cual se ha convertido en motivo de preocupación para decenas de ciudadanos, quienes cuestionan el impacto de la contaminación en uno de los cuerpos fluviales más representativos de la ciudad.
Pero, ¿en qué punto el río resulta contaminado? Para encontrar la respuesta a dicha inquietud es necesario trasladarse hasta la microcuenca de El Chocho, uno de los afluentes del Cali, ubicada en el sector de Entre Ríos, del corregimiento de Golondrinas.
En el pasado había varias minas de carbón que operaban en este punto; sin embargo, la degradación ocasionada por el uso de químicos se hace evidente.
“El agua residual de las minas que ya no están funcionando y han sido cerradas es lo que está perjudicando el río. La filtración sale y es lo que tiñe al río de color ladrillo”, dijo Andrés Saavedra, residente del sector.
La comunidad reclama acción por parte de las autoridades para evitar que este problema se agrave con el paso del tiempo.
“Había un piloto para construir una planta de tratamiento de aguas ácidas, esperamos que se cumpla y se pueda solucionar”, afirmó Saavedra.
El subdirector de Calidad Ambiental del Dagma, Diego Benavides, reconoció que, además de la contaminación ocasionada por la minería, también hay afectación por los vertimientos realizados por las viviendas al río, ante la falta de alcantarillado.
“Existe un plan de manejo de vertimientos y a futuro se contempla una planta de tratamiento que será la única solución para poder abordar esta problemática”, expresó.