En el universo global de la música, donde los géneros viajan más rápido que nunca, la DJ Gia Fu se ha convertido en una figura singular y fascinante.
Nacida en Hong Kong, China y radicada en Nueva York, Gia Fu ha construido una identidad musical que rompe fronteras culturales: toca salsa en vinilos, es melómana obsesiva, coleccionista incansable y una de las animadoras principales de las grandes audiciones salseras en Nueva York.
Su historia no sigue el camino habitual. En una ciudad asociada al pop asiático, la electrónica y el jazz contemporáneo, Gia Fu encontró su voz artística en la música afrolatina, específicamente en la salsa dura, la salsa clásica y los sonidos afrocaribeños grabados en vinilo.
Para ella, el formato no es una moda ni una nostalgia: es una forma de respeto. “Fui a una fiesta y de repente sonó Roberto Roena y todo mundo enloqueció y desde ahí me enamoré de la salsa”, ha dicho en más de una ocasión, aludiendo al crujido, al peso del disco y a la historia que cada grabación guarda.
Gia Fu no solo mezcla música: investiga, escucha y colecciona. Su archivo personal incluye prensajes originales de sellos legendarios, ediciones raras y grabaciones poco conocidas que ha conseguido en viajes, ferias, tiendas de segunda mano y contactos con otros coleccionistas del mundo.
Esa labor silenciosa es la base de su prestigio como DJ: cada set es una curaduría, una lección viva de historia musical. “Estaba en el aniversario de Fania y de repente me saludó el hermano de Jerry Masucci y quedé sin palabras, fue un honor”.
Dentro de su mapa emocional, Cali ocupa un lugar central. La capital mundial de la salsa no es para ella solo una referencia, sino una inspiración profunda. Gia Fu, admira la forma en que Cali vive la música: el baile cotidiano, la devoción por el coleccionismo y la manera en que la salsa se convierte en identidad urbana.
Ese amor se refleja en sus selecciones, donde abundan los clásicos que hicieron vibrar a generaciones de caleños y las joyas menos conocidas que mantienen viva la llama salsera.
Su proyección internacional la ha llevado a encabezar audiciones y encuentros musicales en Nueva York, una ciudad clave para la historia de la salsa. Allí, Gia Fu se ha ganado el respeto del público más exigente: bailadores, coleccionistas y conocedores que reconocen su sensibilidad, su conocimiento y su fidelidad al espíritu original del género. Sus presentaciones no buscan la estridencia, sino el groove; no persiguen la moda, sino la emoción.
Gia Fu representa una nueva geografía de la salsa: una música nacida del mestizaje que hoy regresa al mundo en manos de una DJ china, amante del vinilo y del archivo sonoro. Su trabajo demuestra que la salsa no pertenece a un solo lugar, sino a quienes la escuchan con atención, la cuidan y la hacen girar, una y otra vez, sobre el plato del tocadiscos.
Por: Mario Lozada Tezna / videógrafo El País