En la Calle de los Sentidos del barrio El Peñón, ganan fama los helados de ‘Calathea’.

Es miércoles y antes de ordenar un helado en Calathea es casi obligación mirar el tablero. Ahí, como sucede cada mitad de semana, está escrito en tiza de color más fuerte y acompañado con un asterisco una nueva y exótica tentación: “turrón de frutos secos”. Advertencia: al leer el tablero, muy probablemente su pedido cambiará. Desde hace tres meses, cuando María Del Pilar Agudelo abrió su heladería en El Peñón, en la Calle de los Sentidos (detrás del Colegio La Sagrada Familia), sobre ese tablero se han escrito los más novedosos sabores combinados de helado: coco-lima, ciruelas pasas con oporto, guayaba coronilla, fresas con vino tinto, lima con albahaca, arasá con hierbabuena, entre otros. “Me he llevado una sorpresa muy positiva y es que la gente de Cali está dispuesta a vivir nuevas experiencias gustativas”, afirma María del Pilar, una caleña que después de estudiar pastelería y trabajar en restaurantes certificados con estrella Michellin en Nueva York y Barcelona por casi diez años, regresó a su ciudad para revolucionar el mercado de los helados con una propuesta artesanal.A su heladería le puso el nombre de su planta favorita, Calatea, y le agregó una ‘h’. Ella procura atenderlo personalmente, pues es la oportunidad para explicar sus creaciones. “La gente no sabe que la vainilla viene de una orquídea, siempre la han conocido como esencia y es importante que la gente aprenda eso, que conozcan lo que está consumiendo”, añade María del Pilar, quien es inquieta mezclando frutas para hallar nuevos sabores. Ya lleva 19 sabores, muchos de su autoría. Y así como el tablero indica el nuevo producto de la semana, el olor a fruta que sale de la cocina anticipa el próximo sabor de helado. Guayaba, lulo, fresas, maracuyá y mora tienen que estar en el punto máximo de maduración para que Pilar empiece a preparar sorbetes y cremas en producciones pequeñas. Aunque al final es ella quien decide qué sabor incluir en su carta, nunca está de más que su mamá, dulcera a morir, le dé su opinión al respecto. Y si un helado pasa de tres semanas en el local, Pilar lo recoge y se lo lleva a casa, “no es que esté mal, sino que quiero que mis clientes se lleven un producto fresco”.Si todo sale como esta joven caleña espera, posiblemente en el tablero hoy está escrito: “melocotones acaramelizados y ricota y fresa”.Conquistando paladaresPara todos los gustos Sabores irresistibles: helado de vainilla mexicana, chocolate al 65%, ciruelas pasas y oporto, turrón de frutos secos, crema catalana, canela ceylán, queso con bocadillo, chocolate y jengibre, mango y jengibre. En sorbetes: guayaba coronilla, coco lima, vainilla, fresas y vinotinto, lima y albahaca, hierbabuena y arasá (guayabo), uva isabella, guayaba dulce, lulo, mora, maracuyá y fresa. El vaso de helado cuesta $5.000 y el cucurucho $6.000.Por no tener conservantes ni premezclas, los helados Calathea tienen una vida más corta que los industriales. Se preparan de fruta pura y son tipo ‘gelatto’ italiano, más cremoso. El local está ubicado en la Carrera 3A Oeste # 3-13, barrio El Peñón, en la ‘Calle de los sentidos’. Abierto de lunes a sábado hasta las 7:00 p.m. Las personas pueden hacer pedidos especiales con anticipación, para celebraciones de cumpleaños.