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Tragedia invernal en Mocoa, Putumayo. | Foto: Colprensa- El País.com.co

MOCOA

24 horas después de la avalancha, la tragedia de Mocoa sigue creciendo

Sin agua, ni alimentos, ni techo dónde guarecerse, unos mil damnificados claman ayuda. El municipio perdió casi toda su infraestructura de servicios.

2 de abril de 2017 Por: Elpais.com.co

Convertida casi en una una zona de guerra. Sin agua, energía, gasolina ni teléfonos fijos. Con sus hospitales atestados de heridos y sus calles pobladas de gentes que claman por techo y alimentación. Con centenares de personas que buscan a sus familiares desaparecidos y en medio de un clima de tristeza y desesperanza. Así permanece hoy Mocoa, la capital del departamento del Putumayo, en el sur del país, un día después de que una aterradora avalancha arrasara gran parte de su área urbana.

Este, uno de los peores desastres de los últimos años en Colombia por causa del invierno, ha dejado cifras dolorosamente sorprendentes. El más reciente parte oficial de las autoridades da cuenta de más de 200 personas fallecidas. 

Pero esos números son solo la punta de lanza de una tragedia que se agrava con el paso de las horas.

La furia de los ríos Mulato, Sangoyaco y Mocoa, que cruzan y rodean este pequeño municipio, arrasó con gran parte de la infraestructura urbana y hoy sus habitantes intentan reponerse al miedo casi como si estuvieran en el primer día de la creación.

Mocoa no tiene energía, pues la avalancha se llevó prácticamente todas las redes de suministro de ese servicio. Tampoco sale agua potable en los grifos de las casas. Las bocatomas de los tres sistemas de acueducto que abastecen al pueblo quedaron destruidas. La telefonía fija quedó inhabilitada, por lo que los celulares son el único medio de comunicación disponible.
En la noche del sábado el Gobierno reportó que un 85% de la red celular ya estaba habilitada nuevamente.

Sin embargo, la falta de energía eléctrica ha hecho que muchas personas ni siquiera hayan podido usar sus dispositivos para comunicarse con sus familiares en otras zonas del país.

Muchos de los sobrevivientes que deambulan por las calles quedaron solo con la ropa que llevan puesta. Anoche, más de mil damnificados que lo perdieron casi todo debieron refugiarse en albergues improvisados que acondicionó la oficina nacional de Gestión del Riesgo.

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Allí, las historias de dolor y lucha por la supervivencia son la constante. María Clemencia Ordóñez, habitante del barrio La Independencia, contó que uno de sus hijos en medio de la noche sintió como su cama se estaba inundado y alcanzo a salir corriendo de la vivienda con ella.

Y mientras las lágrimas bañan su rostro, da gracias a Dios por haberle dado la segunda oportunidad que otros no tuvieron. “Perdimos nuestra casa y todas nuestras cositas, pero estamos con vida, corrimos con suerte”, asegura.

Frente a ese panorama, el Gobierno Nacional intenta entregar soluciones puntuales que permitan regresar la población a la normalidad gradualmente. Lo primero que se hizo fue declarar el estado de calamidad en Mocoa, que acelera las gestiones gubernamentales en este tipo de situaciones.

Frente a la destrucción de las subestaciones de energía del Putumayo, se dispuso instalar en el municipio un conjunto de plantas temporales que operan a base de combustible.

Asimismo, el Gobierno ordenó desplazar 20 carrotanques y 30 tanques de depósito de agua, con los que se atenderá a la comunidad mientras se repara el sistema de acueducto. El presidente Juan Manuel Santos también dio la orden de llevar a Mocoa tres plantas potabilizadoras que están disponibles en el país.

La avalancha afectó severamente cuatro puentes que le dan conexión por vía terrestre a Mocoa con el resto del país, por lo que la llegada a la zona de desastre debe hacerse en gran medida por vía aérea.

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El Gobierno dispuso también el envío de mil ayudas alimentarias, mil kits de aseo, mil kits de cocina, tres mil frazadas, y tres mil colchones que se empezaron a distribuir anoche entre las personas damnificadas.

Puesto que muchas personas tuvieron que abandonar sus viviendas debido a los daños que las mismas sufrieron por la fuerza de la avalancha, el Presidente anunció el sábado que se entregarán subsidios de arriendo por 250 mil pesos mensuales durante tres meses para todas las personas damnificadas. Además, se pondrá en funcionamiento un banco de materiales para las casas que puedan ser reparadas.

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Con el fin de mantener la seguridad en la zona, más de mil hombres del Ejército y la Policía fueron trasladados a Mocoa, entre ellos 50 expertos de la Policía Judicial para ayudar en todos los trámites relacionados con las víctimas fatales.

Este ha sido uno de los aspectos más dolorosos de las horas posteriores a la avalancha, pues muchas personas buscan a familiares desaparecidos y no saben si están entre los cadáveres recuperados.

Entre los cuerpos rescatados hay niños y ancianos, confirmaron las autoridades locales.

Para muchos de los que buscan, sin embargo, se prevé una larga espera. Este sábado el director nacional de Medicina Legal, Carlos Eduardo Valdés, dijo que en aquellos casos en los que no se pueda hacer una rápida identificación, será necesario proceder a sepultar los cuerpos, para prevenir la posible propagación de enfermedades. Una vez se haya cumplido ese proceso, se seguirá buscando a los familiares de las víctimas para proceder con la entrega de los restos de sus seres queridos.

El presidente Santos, en su primera visita del sábado a la zona de la tragedia, dijo que los familiares de los fallecidos recibirán ayuda económica del Estado. “El Fosyga tiene un seguro que le da a las familias de las personas fallecidas, cerca de 18 millones y medio de pesos, también se va a activar para ayudarle a las familias que han perdido a sus seres queridos”, aseguró.

Hasta la noche del sábado, las autoridades de salud reportaban que 22 de los más de 2000 heridos que dejó la avalancha se encontraban en estado crítico, por lo que fue necesario trasladarlos a hospitales de otras ciudades del país por vía aérea. Más de 500 kilos de insumos médicos fueron llevados por aviones y helicópteros de la Fuerza Aérea hasta la zona del desastre en las primeras 24 horas.

Aunque inicialmente el Gobierno dijo que no sería necesario recaudar ayudas para los damnificados, luego puso en marcha una campaña que busca apelar a la solidaridad de los colombianos.

Quienes quieran aportar pueden hacerlo en la cuenta de ahorros 021666888 de Davivienda, la cual será administrada por la Unidad Nacional del Gestión de Riesgo.

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