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Los cursos de coaching pueden desarrollarse de manera grupal o individual. A través de diferentes actividades, el coach ayuda a los participantes a potenciar lo mejor de sí mismos. | Foto: El País

No todo lo que brilla es 'coaching': luces y sombras de la moda que se toma a Colombia

En la ciudad hay coaches de todo tipo: desde el que orienta a la persona en hallarle sentido a la vida hasta el que ayuda a adelgazar. ¿Por qué tienen tanta acogida? Experiencias.

30 de julio de 2019 Por: Natalia Fernández Benavides, integrante del Semillero de Periodismo UAO- El País

La vida es corta. Vive apasionadamente”. “Nunca te rindas, tú puedes”. “Vive cada día como si fuera el último”. Estas y otras frases motivacionales aparecen en post de Instagram, Facebook y Twitter. Y se han vuelto tan populares como los promotores de las mismas: los coaches, esos ‘personajes’ que cada día están ganando más adeptos.

Según su enfoque o especialización, un coach puede orientar a las personas, entre otras cosas, a que encuentren su propósito en la vida; a controlar la ira; a ser felices. Dan pautas para alcanzar un récord deportivo; brindan herramientas para que los ejecutivos tengan mayor rendimiento en la empresa; ayudan a encontrar la forma más efectiva de bajar de peso e incluso, para que sus clientes encuentren empleo o se atrevan a romper con su pareja.

Celebridades como Barack Obama, Oprah Winfrey, Will Smith y Leonardo Di Caprio han sido asesorados por algún coach y garantizan la efectividad de sus servicios.

Incluso, Hollywood ha dado realce a la disciplina del ‘coaching’, exaltando, por ejemplo, la figura del coach deportivo en películas como ‘Coach Carter’, un entrenador de baloncesto que entra a formar parte de un equipo con una forma poco convencional de entrenar. Los chicos aprenden que, pese a las circunstancias que les rodean, pueden esperar más de ellos mismos y a proyectarse más allá del momento presente.

Netflix también ha reflejado el trabajo y la importancia que toma cada día el ‘coaching’. En el documental ‘No soy tu gurú’, retrata al reconocido coach de autoayuda y exitoso autor estadounidense Tony Robbins. Y muestra cómo se desarrolla su seminario anual: ‘Date with desteny’, al que asisten más de 200.000 personas. A lo largo de 6 días y 6 noches, Robbins presiona a los asistentes para ir más allá de sus límites hasta llegar a su verdadera identidad, sus más sinceras emociones, sus relaciones más íntimas y la poderosa fuerza que impulsa sus acciones.

El ‘boom’ del coaching a nivel mundial toma fuerza cada vez más en diferentes espacios. Hoy existen diferentes tipos de coach, para casi todo: ‘coach deportivo’, ‘coach de vida’, ‘coach espiritual, ‘organizacional’. ‘laboral’, ‘de nutrición’, ontológico (transformacional), ‘coach emocional’ (para el control de las emociones), coercitivo (para superar los límites)…

¿Pero, en realidad, qué es el coaching? De acuerdo con expertos en este tema, la palabra ‘coach’ proviene del verbo ‘to coach’, que traduce entrenar. Por tanto, un ‘coach’ sería una especie de entrenador. Y de acuerdo con la Escuela Europea de Coaching (EEC) el “coaching es el arte de hacer preguntas para ayudar a otras personas, a través del aprendizaje, en la exploración y el descubrimiento de nuevas creencias que tienen como resultado el logro de sus objetivos”.

Para Daniel Badel, psicólogo de la Universidad Cooperativa, el coaching contempla unas pautas globales estandarizadas. “No digo que sea malo, es bueno mientras sea bien utilizado y mientras se apoye en un proceso terapéutico individual”.

Entre tanto, para Susana Rojas, coach ontológica enfocada en ‘las cinco inteligencias para la felicidad’, el coach es “un entrenador que te permite llegar a temas que solo no podrías y te facilita el camino para alcanzar tus metas”.

Así le sucedió a Tatiana Quiñónez Valencia cuando tomó la decisión de renunciar a dos colegios donde se desempeñaba como profesora de educación física en primaria y secundaria. Luego de 15 años de ejercer su carrera como profesional en deportes, se encontraba desubicada y no sabía qué quería. Se fue de viaje. Al regresar participó de un programa de liderazgo que implementaba herramientas de coaching. “A través de este programa me di cuenta de que llevaba mucho tiempo haciendo para ‘tener’, y finalmente, logré ‘ser’”, expresó esta caleña con gran convicción. Fueron tantos los resultados positivos que encontró en esta disciplina, que hoy ella es ‘coach Pragmática’, un tipo de coaching que está enfocado en lograr resultados inmediatos con sostenibilidad. Y en la actualidad, Tatiana trabaja con deportistas amateur amantes del senderismo y con deportistas femeninas de fútbol.

Experiencias disímiles

En 2013, Aníbal Alfredo Álvarez Cabal tenía una vida desenfrenada. Amigos, rumba, mujeres, droga, alcohol, sexo… esa era la vida de este ingeniero eléctrico de la Universidad del Valle. El hombre a sus 23 años estaba confundido, lleno de sentimientos de culpa. Descubrió que no sentía pasión por su profesión. Tenía relaciones tóxicas con las mujeres, llevaba tiempo sin hablarle a su mamá, era promiscuo y conflictivo. Fue entonces cuando conoció lo que él considera su salvación: “el coaching”. A través de un curso de 90 sesiones en ‘Transformar, escuela de líderes’, Aníbal vivió un proceso de revolución en su vida que lo llevó a superar sus límites. Experiencias como abrazar a desconocidos, hacer de sus compañeros su nueva familia, aceptar regresiones para descubrir traumas de infancia, poder decirle a su madre “te amo”, (luego de años de no acercarse a ella) representaron para este hombre angustiado un cambio de 180 grados.

Este método de coaching es conocido como coercitivo.

Paralelamente, Luis Pablo vivió un proceso similar en Crecer S.A.S. Sin embargo, su percepción del curso fue distinta. Para comenzar, le pidieron que firmara un “contrato” en el que se comprometía a no contar a nadie qué actividades se realizarían a lo largo del curso y a participar activamente de los ejercicios que se planteaban.

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Él asistió al primer módulo, el cual tuvo una duración de tres días (de 9:00 a.m. a 7:00 p.m). A lo largo de estas jornadas les planteaban a los asistentes situaciones de extrema vulnerabilidad, acompañadas de música que elevaba las emociones. La muerte de un familiar o de una persona muy cercana, problemas en el trabajo y dificultades económicas fueron algunas situaciones que trajeron los coaches en la primera sesión. Luego, los abrazos a desconocidos representaron para Luis Pablo un compromiso que, de no ser cumplido, significaba un fracaso en el proceso.

Durante el curso, los coaches llamaban a Luis Pablo a las 5:45 de la mañana cada día. En alguna ocasión no contestó y fue reprendido por no cumplir con su deber y fallar en el proceso. Adicionalmente, tenía que pedirle perdón al coach por su falta. Estas acciones eran para Luis Pablo un método de control sobre su vida.

Los coaches no son psicólogos

Frente a casos como el de Aníbal, Ánderson Salazar, psicólogo de la Universidad de San Buenaventura, con nueve años de experiencia en el campo clínico, considera que el éxito de esta disciplina se debe a que el coaching promete una forma de alcanzar metas o sueños de forma fácil y rápida. “Algunas personas dicen: yo quiero algo que sea inmediato, que me dé soluciones ya mismo. Entonces llega este mercadeo salvaje del ‘coach’ que dice: ¡Ánimo, tú lo puedes lograr todo! Independientemente de la realidad”. De igual forma, este profesional cree que los procesos terapéuticos deben realizarse de manera individual y que se deben dar al ritmo de cada persona, lo que el coaching grupal no contempla.

Entre tanto, frente a las experiencias vividas por estos dos hombres, el psicólogo Daniel Badel opina que, teniendo en cuenta que se trabaja con la mente y las emociones de las personas, se debe tener un conocimiento previo en este campo. Explica que si es una persona que tiene una profesión como psicólogo, antropólogo, sociólogo y hace un curso de coaching para tener un campo de acción específico, con el fin de interactuar o poder intervenir a las personas, sería viable. “Pero una persona que es arquitecta o ingeniera en sistemas y hace un curso de coaching va a tener conocimientos muy limitados y no podrá hacer una buena intervención”, aclara el psicólogo.

Como toda tendencia en crecimiento, en el coaching comienzan a aparecer las especulaciones y las distorsiones. Algunos entrenadores se otorgan el título de coach sin haber obtenido un certificado. Pero esta situación no genera mucho desconcierto en este mundo debido a que esta disciplina es considerada un estilo de vida que debe ser más práctico que teórico; para el coach es indispensable reflejar en su vida una transformación. “No soy quién para juzgar, mientras conectes con tu ser y con tu propósito no importa el título”, reflexiona la coach Tatiana Quiñónez.

Sin embargo, muchos psicólogos se oponen a esta disciplina, argumentando que el coach no tiene herramientas para tratar a personas con trastornos como la depresión. El psicólogo clínico Salazar explica que “un psicólogo puede ser coach, pero un coach no puede ser un psicólogo”.

De forma similar piensa la psicóloga y coach infantil Sara Vásquez: “tiene que haber una metodología para hacerlo, sino, no existirían las ciencias que estudian la mente humana durante años y con lo que un coach está trabajando es con el ser humano y su mente”.

Enfoques diversos

Con el pasar del tiempo, la figura del coach ha encontrado diversos campos de acción más especializados. Es así como existe el ‘coaching de pareja’, el ‘coaching de músicos’, ‘ el coaching de salud’, entre otros. Y uno muy particular es el ‘coaching de nutrición holística’. Esta última disciplina fue la que estudió y hoy enseña Diana Bermúdez, quien tenía sobrepeso y sufría de varias enfermedades. A partir del coaching esta ingeniera de sistemas descubrió que tenía una mala relación con la comida y esto le generaba una carga emocional negativa que le impedía bajar de peso, aunque se sometía a muchas dietas y ejercicio físico.

En la actualidad esta tulueña enseña a otras mujeres a saber alimentarse bien y sostener en el tiempo su peso adecuado. Y cuenta con gran orgullo el caso de Diana Martínez, una chica con hipotiroidismo que a través de los entrenamientos de coaching de alimentación logró perder más de 10 kilos. “Ahora para ella es natural comer, porque antes le tenía miedo a la comida”. Para Bermúdez, la nutrición holística va más allá de una dieta, porque busca que la persona tenga mayor bienestar, cree hábitos saludables y se sienta con energía para hacer sus actividades.

Así se hace coaching

Existen dos formas de hacer coaching: individual y grupal. Se realizan actividades diferentes para cada enfoque. En el caso de las grupales es común encontrar dinámicas dirigidas hacia la presentación de cada persona, la comunicación entre los participantes. El coach (entrenador) les pide a sus coachees (entrenados) expresar sus temores y expectativas. Así como a reconocer sus fortalezas para generar un proceso de autoconocimiento. Y con esto en mente les asignan tareas aparentemente inalcanzables para comprobar su teoría de que no existen los límites.

Para las sesiones individuales el coach invita y guía a su coachee a reflexionar, imaginar y realizar un proceso de autoconocimiento para alcanzar metas.

Mientras trabajaba en una empresa colombiana que cambió de dueños nacionales por unos extranjeros (españoles), Ángela Mendoza, administradora de empresas, tuvo su primer acercamiento al coaching. La empresa nacional al saber que su personal se iba a enfrentar a un choque cultural con los nuevos dueños contrató a un coach para que entrenara a Ángela, quien en ese momento tenía a cargo muchos empleados a los que debía empoderar de su rol dentro de la organización como un método para enfrentar de manera positiva el cambio y prender
a trabajar en equipo.

A través de ese primer acercamiento con el coaching esta ejecutiva caleña descubrió que la vida laboral para ella era una “carga pesada, porque trabajas bajo presión de resultados. El coaching vino a mi vida como una herramienta fundamental y pasé de ser una jefe a ser una líder”. Tiempo después de vivir ese proceso de coaching renunció a la compañía y hoy se dedica a trabajar como coaching organizacional en su propia empresa.

Las inversiones en esta disciplina

El coaching en Cali ha tomado fuerza. Personas naturales hasta empresas de todo tipo y de diferentes sectores acuden a los coaches con el fin de alcanzar su máximo potencial.

Frases como “gracias por empoderarme”, “gracias por salvarme”, “gracias por inspirarme” se han convertido en la recompensa de los coaches, quienes aseguran que logran ayudar a las personas a transformar sus vidas a partir de sus entrenamientos.

En la ciudad las tarifas de las sesiones de coaching difieren acorde con las certificaciones que tenga el coach, que las instituciones donde se toman los cursos sean avaladas por la entidad que regula esta profesión: la ICF (International Coach Federation, de Estados Unidos, y las horas de
experiencia del coach.

Un coach de alimentación puede ofrecer paquetes individuales de cuatro sesiones entre $600.000 y $700.000 (incluye el acompañamiento del coach al entrenado al momento de comprar la remesa).

Para el coaching empresarial, los precios de un coach experimentado oscilan entre $300.000 y $500.000 la sesión individual. Y la grupal, entre $500.000 y $700.000. La hora grupal es de máximo 20 personas.

Según los coaches estos entrenamientos deben tener como mínimo entre cinco y seis sesiones, teniendo en cuenta que se trata de un proceso de entrenamiento.

Certificación de coaches en Cali

La Universidad Icesi tiene un programa que certifica a coaches. Esta institución cuenta con ‘Pandora’, un grupo de diez coaches profesionales liderados por Aída Medina que forma a los interesados, en coaching ejecutivo y liderazgo.

También, ofrece la certificación con Leonard Wolk y el diplomado en coaching personal y organizacional. “Este programa de certificación cuenta hoy con seis promociones, impactando a más de 150 seres, quienes trabajan por generar consciencia en nuestra región, sus organizaciones y sus familias, a través de la transformación y el aprendizaje”, destaca Aída Medina.

Asimismo, María Isabel Velasco, directora del Centro de Desarrollo Profesional de la Universidad Icesi, señala que en la institución existe ‘Talentos A1’, un programa de coaching laboral destinado a egresados que se encuentran desempleados. Se ofrecen talleres grupales y sesiones individuales. Son entre cinco y diez sesiones destinadas a identificar barreras, miedos y creencias limitantes que impiden el objetivo de encontrar empleo. “La tasa de empleabilidad para los asistentes al programa es altísima. De 40 personas que tomaron el último programa todas ya tienen empleo”, resalta la directora de coaching laboral.

El caso de Aníbal Alfredo Álvarez, coach de vida y negocios

El coaching es una disciplina que hoy es apetecida por muchos y cuestionada por otros. Para el coach es indispensable vivir su propio proceso de transformación como requisito fundamental para ejercer. Se trata, según los expertos, de ser más que hacer.

Este es el caso de Aníbal Alfredo Álvarez Cabal, un ingeniero electrónico que en la actualidad se desempeña como coach de vida y negocios.

¿Usted es entrenador de qué exactamente?

Soy coach de vida y negocios. Dedicado al coaching empresarial como al coaching de procesos transformacionales.

¿Qué actividades específicas realiza en sus entrenamientos?

En mis sesiones y talleres utilizamos juegos, dinámicas, visualizaciones, cuentos, técnicas de PNL, metáforas y actividades Audo, o sea, actividades físicas de exigencia para generar trabajo en equipo.

¿Usted tiene certificados como coach? ¿En dónde se certificó?

Yo me certifiqué en el 2018 a través de la ICEM, que es la Secretaría de Coaching de México. He hecho algunos módulos de PNL, hice un diplomado de neurocoaching de 16 horas. Otro de fitness coaching con modelo canva, también de 16 horas, un diplomado de 32 horas sobre la física cuántica y la rueda de la vida. Hice un año de una maestría que se llama Maestría en Transformación. Es un año a través de sesiones de coaching grupales donde se ven todas las herramientas de la ontología del lenguaje. Los tomé presencial en Cali.

¿A cuántas personas entrena en el momento?

Yo soy socio y empleado de mi empresa, se llama InSpirit. Entreno aproximadamente a unas cien personas en este momento.

¿Cómo empezó su oficio como coach?

No me sentía satisfecho, sentía que no conectaba con mi carrera, ni me emocionaba completamente. Tuve muchas experiencias, una adolescencia fuerte, amigos, rumba, mujeres, droga, sexo. Y llegó un momento en el que, gracias a Dios, me di de cabeza. Y en ese momento llegó a mi vida una red de mercadeo con personas que pensaban diferente y unos líderes que me dieron información que me servía a mí. Entonces empecé a ver al Aníbal de antes, y ya sabía cómo salir de ahí, entonces decidí que podía ayudar a otras personas. Con la red de mercadeo me di cuenta de que me gustaba trabajar en equipo y descubrí que tenía habilidades para hablar en público, aprendiendo a trabajar con el miedo y que la gente se conectaba fácilmente conmigo. A mí ese proceso me cambió la vida, yo no tenía buenas relaciones familiares y ahí me di cuenta de muchas cosas de mi vida mi infancia, de mi pasado. Y ese fue el disparador con el que decidí dedicarme a esto.

¿Usted considera que generar retrospección a la infancia a través de las emociones es un proceso sano si es realizado por los coaches?

Es como todo, quizás hay personas que no lo utilizan de una buena manera, como hay otras que sí. Yo te invito a llamar a Obama, Will Smith, Ricardo Arjona y preguntarles por su proceso de transformación con este método. Hay mucha gente que le funciona y yo sí estoy de acuerdo con esos procesos porque a mí me sirvió para darme cuenta de cosas que estaban en mi inconsciente y seguiría tratando a las mujeres de una mala manera creyendo que era normal.

¿Usted cree que un coach en un año adquiere todos los conocimientos necesarios para tratar con las emociones y la mente de las personas?

Es relativo. El coronel Sanders no es cocinero y ahora tiene una de las cadenas más grandes de restaurantes en el mundo. Hay demasiados coaches que no invierten en su educación y se hacen llamar coach. A mí me da rabia cuando alguien se hace llamar coach y no ha hecho ni un curso, pero sí sé que hay coaches que en un año consiguen resultados formidables. Yo te diría: mira cómo es la coherencia del coach, si lo que dice lo aplica. Porque tú no puedes llevar a alguien a un lugar si tú no lo has vivido primero.

¿Para usted qué significa ser coach?

Ser un instrumento de Dios para llevar abundancia y prosperidad a la humanidad. Y no me refiero solo al aspecto del dinero, sino a todo.

¿Qué es lo que más disfruta de ser coach?

Aportarles a otras personas desde mi experiencia.

Teniendo en cuenta que para muchos el coaching se ha convertido en un multinivel más por la dinámica de atraer gran cantidad de personas o enrolar cómo le llaman ustedes. ¿Cuál es su opinión frente a esto?

Para mí todo en la vida es un juego de enrolar. Cuando tú ves a alguien que cumple con las características para tu vida, tú vas y lo enrolas y sino, viene otra persona y lo hace. Tú me enrolaste a mí para esta entrevista. Tú enrolas para buscar un trabajo. Para mí es darle la posibilidad a alguien de trabajar en su vida de una manera intensiva. Si lo quieren ver como multinivel me tiene sin cuidado, porque me baso en lo que fue para mí.

¿Cuánto valen estos procesos?

Es relativo, un básico se puede encontrar desde $300.000 hasta $800.000, dependiendo del lugar.

¿Qué mensaje le daría usted a las personas que ejercen esta profesión?

Tenemos una profesión de mucha responsabilidad porque trabajamos con seres humanos y tenemos la vida de las personas en nuestras manos. Hay que hacerlo con compromiso y responsabilidad. Estamos aquí para generar transformación en este plano terrenal.

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