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Carlos Caicedo | Foto: Especial para El País

GASTRONOMÍA

Valores vallecaucanos: el cocinero que cambia el 'sabor' de un barrio de Florida

Carlos Caicedo es uno de esos muchachos de los que hay uno en un millón. A los 21 años, lucha por sacar a su barrio –en Florida-, del estigma de la violencia a través de proyectos de paz y reconciliación. Su ídolo es Martin Luther King. Y Aunque por ahora tiene pocas oportunidades académicas, sueña con ser historiador o arqueólogo.

14 de diciembre de 2017 Por: Redacción de El País 

Se dice que en la Comuna 3 de Florida quienes no pertenecen a la zona deben transitar escoltados por policías. Para Carlos Felipe Caicedo es un mito, pero a la vez un reflejo de la falta de inclusión y de oportunidades que existen en su barrio. Es por eso que dedica gran parte de su día al trabajo comunitario, mediante el proyecto ‘Territorios Seguros para la Paz’, promovido por la Gobernación del Valle, que permite fortalecer la convivencia ciudadana, contrarrestar las situaciones de inseguridad y atender necesidades básicas de la gente.

Carlos dice que ha sido una lucha que, aunque va por buen camino, tiene sus desafíos: “Todo empezó cuando asistí por primera vez a las reuniones de Territorios Seguros para la Paz. Allí vamos los vecinos que queremos aprender voluntariamente sobre temas de no violencia. A mí me gusta este trabajo, la comunidad lo necesita”. En Florida, actualmente, el proyecto abarca cinco barrios de la Comuna 3, en donde, con apoyo de la Policía, se crearon espacios para que las personas resuelvan sus conflictos de manera pacífica. El trabajo articula a los Jueces de Paz y las Juntas de Acción Comunal, lo que ha permitido la generación de nuevos espacios de convivencia y congregación.

Sentado en una silla de plástico fuera de su casa, explica que su inclinación hacia esta labor empezó desde su colegio, la Institución Educativa Las Américas, donde conoció la historia de Martin Luther King y su labor por los derechos civiles de los afrodescendientes norteamericanos. “Esa historia la transmito a los jóvenes para abrir su entendimiento; demostrarles que todos tenemos los mismos derechos. No tenemos que sentirnos menos porque somos negros o porque somos pobres”, dice, con la certeza de que a su manera está reviviendo la historia de su ídolo en las calles de su barrio: Nuevo Horizonte.

“Como no tenemos educación de calidad algunos jóvenes prefieren robar para tener plata”, dice. Luego respira, mirando a una mujer que atraviesa la calle: “otro problema es el desempleo; acá nadie nos viene a dar oportunidad de trabajo constante. ¿Entonces?, ¿qué hacer al ver todo esto y uno aguantando hambre?”.

Cuando se le pregunta por sus sueños, Carlos responde que quiere ser arqueólogo o historiador. También quería ser un ‘Mompaz’ de la Gobernación. Los ‘Mompaz’ son jóvenes promotores de paz elegidos en los municipios de Buenaventura, Florida y Pradera para ser capacitados en procesos de reconciliación, resolución de conflictos y buenas prácticas ciudadanas. Por eso cuando supo que la gobernadora Dilian Francisco Toro, en agosto pasado, visitaría la Comuna 3 con ese propósito, Carlos enfocó sus esfuerzos en ese anhelo. Se preparó día y noche. Y clasificó en una primera fase pero al final no quedó.

Aunque podría sentirse derrotado ante ese revés, da la impresión de que a sus 21 años él responde a la adversidad con actitud sonriente. Si es cierto que la felicidad se alcanza al descubrir nuestra misión en la vida, el muchacho ya sabe la suya. No se rinde. Avanza. Sonríe.

Gracias a su clasificación a esa primera fase del proyecto, Carlos recibió en recompensa un carro de comida que trabaja desde el mes de marzo. De esa forma -cocinando desde las seis de la tarde hasta las diez de la noche- es como el chico, de 1,85 metros de estatura, ahora sostiene la casa donde vive con su madre y sus hermanos. Sí. Porque además de ser un líder, es un gran cocinero. Aprendió observando a su madre y perfeccionó la técnica cuando prestó servicio militar.

“Mi meta es tener cinco carros para formar una microempresa”, cuenta, señalando el carro de acero inoxidable dotado con asador, freidora y plancha, donde él prepara sándwiches, bofe, empanadas, y su especialidad: costillas con papa a la francesa.

El mejor sabor de boca, sin embargo, se lo deja su trabajo comunitario. Cuando los otros muchachos del barrio le preguntan por su ilusión de ser un ‘Mompaz’, él les responde seguro de cada palabra: “hay que seguir luchando” ¿no?

Aquí, algunas fotos de la labor de Carlos: 

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