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Leidy Asprilla, jugadora del equipo Orsomarso | Foto: Especial para El País

Así era Leidy Asprilla, la capitana de la eterna sonrisa

Un recorrido por la vida de la futbolista que encantaba con su forma de jugar y su optimismo para encarar las situaciones más difíciles de la vida. "Guarde ahí" decía cada vez que convertía un gol de tiro libre, su especialidad.

23 de mayo de 2019 Por: Luz Stella Cardona Ruiz / reportera de El País 

Leidy Johana Asprilla Solís, ´Pachito´ o ´Calva´como le decían sus amigos más cercanos, se enamoró del fútbol cuando apenas tenía 10 años de edad. En el barrio Santa Bárbara, municipio de El Cerrito, donde nació, comenzó a escribir su historia como una de las mejores exponentes del balompié femenino nacional.

Jhon Jairo Arias, su primer entrenador en el Club Liverpool de El Cerrito, recuerda que la descubrió casi a los 11. Su nombre ya empezaba a sonar en las canchas del populoso sector y él se dio a la tarea de ubicarla, pero sus padres y parientes no la querían dejar jugar.

"Debí hablar con ellos y convencerlos, después tuve que concientizarla a ella de que era un diamante en bruto y que debía enfocar el fútbol como una profesión, no como algo meramente recreativo y fue así como empezó su carrera profesional", recuerda Arias.

Leidy empezó jugando como delantera y de ahí fue adquiriendo otras condiciones, pero su formación siempre fue de carrilera, es decir, volante de creación con la misma función de un delantero.

Llegó a la Sub 17 con solo 15 años de edad, pero antes ya había pasado por el Atlético Palmira con el que logró un cupo para Juegos Nacionales, en los que participó luciendo los colores de la selección Valle.

Posteriormente, Felipe Taborda, entrenador de Generaciones Palmiranas la pidió en préstamo y pronto vistió la casaca de la selección femenina Sub 17 y Sub 20 de Colombia.

Arias sostiene que fueron esas habilidades tan únicas de Leidy la que la llevaron a ser parte de los combinados nacionales, sin embargo, lo que más destacó de la joven es su sencillez y humildad.

"Como formador siempre encontré una niña sencilla, que nunca olvidó que esta es una profesión que llega y se va, pero ella tenía demasiada entrega y sentido de pertenencia por su pueblo, por su Valle y por la selección Colombia", enfatizó.

Germenson Arias, su actual entrenador en el equipo Orsomarso de Palmira, también solo tiene palabras de elogio y respeto por la jugadora, por el ser humano.

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Según afirmó, Leidy, de 22 años, era una jugadora de alto rendimiento y era muy madura para su edad. Además, tenía muy clara sus metas y por eso no vaciló en ponerle el brazalete que la distinguía como la capitana del equipo.

"Ella era una líder positiva dentro y fuera de la cacha. Era la capitana y créame cuando uno le da a una persona el brazalete de capitana eso representa una responsabilidad muy grande para cualquier jugador de un equipo", señala.

Agrega que era demasiados alegre, siempre tenía una sonrisa en la cancha y lograba contagiar con su buena energía a las demás jugadoras.

Arias señala que era una deportista muy joven con un palmarés deportivo muy grande, pues a su edad (22) ya había sido selección Colombia Sub 17 y Sub 20, mayores y Olímpicos, además había participado en Copa Libertadores.


Precisamente, Leidy ha sido la única jugadora que le anotó un gol a la selección de Brasil con la Sub 17, tanto que le dio la clasificación a Colombia al Mundial de Azerbaiyán.

Leidy, dice el entrenador, vivía, respiraba, llevaba el fútbol en la sangre.

"El fútbol femenino a nivel nacional perdió una gran jugadora, una gran persona. Esa persona que perdimos el día de ayer era muy valiosa para el fútbol colombiano", subrayó.

Leidy será recordada por su carisma y su berraquera en la cancha

Leidy dejó marcadas a sus compañeras con su eterna sonrisa, esa con la que las sacaba de sus tristezas cuando las cosas en el partido no iban bien, o cuando viajaban en el bus y se paraba a 'recochar', como ellas dicen, solo para arrancarles unas carcajadas.

Angélica María Becerra, quien compartió con ella en sus inicios en el Club Liverpool de El Cerrito, con voz trémula cuenta que la conoció cuando tenía 13 años y aunque después se separaron porque cada una firmó con equipos distintos jamás dejaron de ser amigas.

"Para Leidy no existía rivalidad, yo soy arqueara y cuando me tocaba jugar contra ella le tenía miedo cuando le tocaba patear un tiro libre, porque tiro libre que ella cobraba era gol. Después sonriendo le decía a uno, guarde, esa era la palabra que decía cuando metía un gol", dice la joven que aún no se repone de la triste noticia.

Ella con otras jugadoras conformaron brigadas de búsqueda desde que supieron que había desaparecida el pasado domingo cuando salió de su casa en El Cerrito hacia el corregimiento de Palmaseca, en Palmira, donde nunca llegó.

Este miércoles, estaba con sus amigas cuando les informaron que la habían encontrado. Inicialmente pensó que estaba viva pero cuando llegaron y vieron lo que le había pasado, fue un momento muy duro para todas.

Por eso, no vacila en afirmar que a Leidy Asprilla siempre la va a recordar como la mejor: "Ella es una leyenda del fútbol y siempre lo será. Era tremenda jugadora, una bestia con el balón, esa mujer amaba el fútbol, vivía por él, pero nunca perdió su humildad. Fue una gran capitana, la que más motiva y siempre sacaba el equipo adelante".

Para Valentina Murillo, otra de sus compañeras, más que amigas, Leidy era su hermanita.

"Ella era amable, no se metía con nadie, estaba enfocada en jugar al fútbol, en ser profesional, en salir adelante, ella nos decía que cuando tuviera plata nos iba a sacar adelante. Leidy era la mejor mujer que nosotros pudimos conocer, esa era ella. Le tenía mucho cariño, ella es mi hermanita, siempre me aconsejaba, me decía que fuera grande y nunca me echara para atrás así me pasara lo que me pasara", indicó.

Entre tanto, Manuela Paví Sepúlveda, también jugadora de Orsomarso, la recordó como una persona muy alegre a quien le gustaba compartir y ver a las personas felices.

"Yo pasé muchos momentos con ella, nos escapábamos mucho, recochamos mucho y siempre íbamos a ver los partidos, buena amiga, buen personaje para que", sostiene quien no tiene más que palabras de elogio para la jugadora.

"Ella era una crack, esa negra jugaba mucho, la mejor, mis respetos. Ella siempre nos fortalecía, nos alentaba y nos decía que la diéramos toda en los partidos. Ella era única, vamos a extrañarla mucho", repite la joven.

De otra parte, Yorelin Daniela Carabalí, cuenta que conoció a Leidy en el 2014 y desde un principio se dejó contagiar por su alegría. Ambas jugaron con la selección Valle en el 2014, año en el que quedaron campeonas y en el 2015.

Por eso, con los ojos nublados por las lágrimas y en homenaje a la joven que solo supo dar sonrisas y palabras de aliento a su paso, ella señala que este viernes cuando se cumpla su sepelio en su amado Cerrito, la despedirán con alegría, casi con una fiesta.

"Vamos a hacerle una despedida como ella se lo merece. Tenemos que despedirla con mucha alegría porque eso fue siempre lo que la caracterizó. Siempre sonreía como una forma de ocultar sus problemas, desde la muerte de su abuela su vida cambió, pues su abuela era todo para ella. Leidy nos decía que el día que ella se muriera que nos riéramos mucho como ella lo hacia siempre, que bailáramos y que estuviéramos felices, pues el día que se fuera, iba a estar feliz porque iba a reunirse con su abuelita", reveló la joven.

Los despojos mortales de Leidy Johana Asprilla Solis, serán entregados esta tarde a su familia quien la velara en su casa en el barrio Santa Bárbara y su sepelio se cumplirá este viernes, a las 4:00 de la tarde, en el cementerio de El Cerrito.

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