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La bulla ensordese a la Villa de las Palmas

A pesar de que el ruido es uno de los factores de contaminación más graves de la ciudad, pocas medidas se toman para acallarlo. El centro y la Calle 42 son los lugares más ruidosos.

30 de agosto de 2010 Por: Andrés Felipe Álvarez | Palmira Hoy

A pesar de que el ruido es uno de los factores de contaminación más graves de la ciudad, pocas medidas se toman para acallarlo. El centro y la Calle 42 son los lugares más ruidosos.

“Siga, bien pueda. Tenemos promoción de gancho multiusos a $4.000, la gafa que escoja le vale $5.000. Paraguas, relojes, cremas; lo que escoja está barato”. Sinnúmero de retahílas como ésta se pueden escuchar por los altavoces de un local comercial, al pasar a cualquier hora de la tarde por la esquina de la Calle 30 con Carrera 36.Al mismo tiempo, una camioneta, con dos enormes columnas de sonido en su parte trasera, pregona la promoción del día en una pizzería y la música de Gali Galeano retumba en la droguería de la esquina, mientras conductores de carros y motos le pitan insistentemente al de adelante para que avance.Y es que el centro de la Villa de las Palmas es un fangal de sonidos que contaminan el ambiente y perturban la tranquilidad de quienes deben transitar por sus calles. Pero no es sólo la zona céntrica. En varios sectores de la ciudad, tanto comerciales como residenciales, se exceden los límites de ruido permitidos por la ley, sin que aparentemente haya control alguno por parte de las autoridades.Según el ingeniero Manuel Fernández, técnico operativo de la CVC en Palmira, el último mapa de ruido de la localidad se hizo en el 2007 y se convirtió en un documento que, aparte de generar algunas reuniones y comités de trabajo, no cumplió con su objetivo de impulsar acciones directas sobre los puntos más bullosos de la Villa.“El mapa de ruido es una herramienta que la CVC le entrega al Municipio para que ejerza una labor interdisciplinaria en pro de mantener un ambiente sano en la ciudad, en lo que a la contaminación auditiva se refiere”, manifestó antes de agregar que “nada nos ganamos con hacer estos estudios anualmente si esta labor no se cumple”.Según él, entre las dependencias de la Alcaldía que deberían regular el sonido de manera mancomunada se encuentran las secretarías de Tránsito, Gobierno, Vivienda, Planeación y Salud y deberían contar con el acompañamiento de la Policía.Sin embargo, reconoce que fuera de algunos operativos donde se reconviene a algunos actores generadores de bulla, nada más se hace por darle una solución definitiva a esta situación.Efectivamente, el estatuto del ruido para la Villa de las Palmas, estipulado en el Decreto 300 del 11 de diciembre del 2007, establece funciones específicas para cada una de las secretarías en materia de contaminación sonora. Pero, a la hora de revisar el documento, la poca atención que se le resta al tema se hace visible. Por ejemplo, es función de la Secretaría de Vivienda, Medio Ambiente y Desarrollo Territorial “realizar diagnósticos periódicos del estado de ruido y el reconocimiento de los sitios ‘conflicto’ trabajando conjuntamente con la autoridad ambiental y efectuar campañas ambientales educativas contra la contaminación por ruido”.Sin embargo, funcionarios de esta dependencia, como el ingeniero Guillermo Arango, reconocen que “aparte de socializar el estatuto del ruido hace dos años, no se ha hecho ninguna otra labor con la ciudadanía”.Él advirtió que en los próximos meses se dará inicio a una serie de campañas ambientales entre las que se tiene contemplado darle cabida importante a la contaminación auditiva.Por su parte, Rafael Uribe, jefe de la Oficina de Protección al Consumidor y Control al Espacio Público, aseguró que allí se reciben cerca de 25 quejas semanales de ciudadanos que no soportan el bullicio de sus vecinos.Y reconoció que los altos decibeles que manejan algunos sectores de la población para determinadas actividades se han convertido en un problema ambiental de grandes proporciones para Palmira.“Muchas de las violaciones a la normatividad que existe sobre el ruido se dan por desconocimiento de la misma y es por eso que tratamos al máximo de socializarla con los establecimientos que exceden sus niveles de volumen”, señaló Uribe.Dijo, además, que en la Villa no existen los medios ni los recursos para hacer controles permanentes y que tan sólo los viernes se hacen visitas a los locales que han sido previamente denunciados.Según información proporcionada por la CVC, puntos comerciales como el centro, la Calle 42 y los alrededores del Parque del Azúcar son los que presentan más decibeles por encima de la norma, debido a la acumulación de factores como el tráfico, los anuncios publicitarios con equipos de sonidos y la presencia de bares y discotecas.En cuanto a los sectores residenciales, son las iglesias cristianas y los locales de rumba establecidos ilegalmente los que generan más impacto negativo entre la comunidad.Otro de los factores que indudablemente incide para que Palmira sea considerada una ciudad bullosa es el exceso de vehículos que a diario circulan por sus calles. Pero, pese a esto, la titular de Movilidad y Tránsito Municipal, Nancy Estela Delgado, aseguró que esa dependencia es la última en la escala de responsables del tema, ya que sus funcionarios no pueden inmovilizar ni sancionar a conductores sin un acto administrativo expedido por la Secretaría de Vivienda y Desarrollo Territorial.“Un ejemplo de eso es lo que sucede cada fin de semana en el Parque Obrero. La comunidad se queja del exceso de ruido, pero nosotros sólo podemos inmovilizar vehículos por mal parqueo o por conductores en estado de embriaguez. Si no hay un trabajo unido con la CVC y la Policía no podemos hacer nada al respecto”, añadió.En lo que sí coinciden los actores que deberían intervenir en las políticas públicas para menguar el problema de la bulla en la ciudad es en afirmar que mientras esfuerzos que se han hecho en el pasado no se apliquen correctamente en calles y barrios de la localidad, la Villa de las Palmas va a seguir siendo reconocida como una de las ciudades más escandalosas de la región.Con la inminente llegada de diciembre, el mes más festivo y, por lo tanto, más ruidoso del año, se anuncian campañas pedagógicas y sanciones para quienes incumplan las normas, así como nuevos estudios que determinen los puntos en los que hay que hacer énfasis. Y mientras tanto, la comunidad palmirana espera que esta vez el Gobierno Municipal ‘no se haga el sordo’ y que las promesas sean una realidad. Los oídos de la Villa ya no aguantan más.Trabajo mancomunadoEl Estatuto del Ruido en Palmira, creado durante la Administración pasada y estipulado en el Decreto 300 del 11 de diciembre del 2007, establece funciones claras para las diferentes secretarías municipales. Aquí algunas que no se cumplen:*Secretaría de Medio Ambiente: realizar diagnósticos periódicos del estado de ruido y el reconocimiento de los sitios que presenten mayor conflicto para la comunidad.*Secretaría de Gobierno: realizar campañas ambientales educativas con amplia participación de la ciudadanía para construir con ésta acciones preventivas de contaminación por ruido.*Secretaría de Tránsito: organizar campañas de sensibilización que permitan difundir el Código Nacional de Transito y Transporte, en lo que respecta a la contaminación por ruido.*Secretaría de Planeación: hacer cumplir el Plan de Ordenamiento Territorial, en lo referente a los usos del suelo y el espacio público, evitando la generación de conflictos en el territorio, debido a la contaminación por ruido. Esto orientado hacia las fuentes generadoras como establecimientos públicos, comerciales e industriales.

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