El pueblo escondido en los límites del Valle del Cauca: tiene un árbol de más de 100 años y grandes cascadas

Más de 200 kilómetros separan a Cali de un encantador municipio ubicado en el nororiente del departamento del Valle del Cauca. Rodeado de cafetales y montañas verdes, este destino invita a desconectarse del ajetreo de la ciudad y sumergirse en la tranquilidad rural.

Se trata de Alcalá, una de las localidades que forma parte del Paisaje Cultural Cafetero, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es descrito por quienes lo visitan como un “paraíso escondido”, ideal para descansar y hacer planes sencillos.

En su parque principal se erige un majestuoso samán de 107 años, símbolo del municipio y punto de encuentro obligado. Cada domingo, este mismo espacio se llena de vida con el mercado campesino, donde productores locales ofrecen frutas, dulces, café, arepas y artesanías.

Los visitantes pueden recorrer senderos entre cafetales, conocer de primera mano el proceso del café o aventurarse en caminatas ecológicas que conducen a quebradas, cascadas y miradores.

El portal Visit Valle destaca lugares como la la Cascada El Chontaduro y Cascada El Mico, con recorridos de dificultar media.

Para quienes buscan refrescarse, la Quebrada Los Ángeles es un balneario natural frecuentado por la comunidad. El río La Vieja, que marca el límite con el Quindío, es otro de los atractivos. Allí se puede practicar rafting o navegar en canoa.

Gracias a su privilegiada ubicación entre dos regiones biogeográficas, Alcalá también es parte de rutas de avistamiento de aves.

Y si desea hacer un recorrido por otros pueblos del departamento, desde allí puede acceder fácilmente a otros municipios como Ulloa y El Águila, o cruzar hacia Filandia y Quimbaya, en el vecino Quindío.

La cultura también tiene su espacio. Cada año, en la segunda semana de noviembre, los locales celebran las Fiestas del Retorno y del Samán, con actividades culturales, desfiles y música que se viven desde los coloridos balcones del pueblo.

El portal Paisaje Cultural Cafetero rememora que Alcalá fue fundado en 1791 por colonos antioqueños que llegaron desde el Eje Cafetero. Don Sebastián de Marisancena, antiguo poblador de la región, cedió algunas de sus tierras a los colonos que nombraron el caserío inicialmente como “Furatena” y “La Balsa”.

Pasó más de un siglo para que, en 1919, el lugar fuera reconocido oficialmente como un municipio del Valle del Cauca.