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Al ser despedido, hay que hacer un alto en el camino y tomar conciencia de qué pasó, cuál fue su nivel de responsabilidad y no salir a echarle toda la culpa a la empresa. | Foto: Foto: Archivo de El País

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Guía para que pueda superar la 'tusa' que deja la pérdida de empleo

Una coach organizacional da pautas para entender que la salida de una empresa no es el fin de la vida de nadie, sino una oportunidad para crecer. Autoevalúese.

28 de octubre de 2019 Por: Redacción de El País

Así como existe la tusa amorosa, hay otro tipo de duelo que hay que hacer y es el de la tusa laboral, por la pérdida de un empleo o de determinada posición en una empresa.

La tusa laboral se puede presentar porque usted tuvo que dejar un trabajo o lo despidieron, cambió de empresa o de área y extraña la anterior, se jubiló o lo jubilaron antes, cometió una equivocación o un error y lo despidieron.

Si usted es de los que cambió de área o de trabajo y tiende comparar a su equipo de trabajo actual con el que tenía antes, está padeciendo una tusa laboral. Si ha pasado un tiempo en el que salió de una empresa y sigue hablando mal de sus anteriores jefes y culpándolos de su destino, es hora de hacerle el duelo a ese pasado.

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Para Carolina Velásquez Montoya, coach organizacional individual y de equipos, no solo es el empleado que se va quien vive un duelo, también el jefe. “Cuando eres tú quien se ha querido ir, generas la tusa en tu jefe, quien te sigue consultando a pesar de que no estás en la empresa, incluso te sigue haciendo invitaciones a comer”, señala. Sin embargo, ambas partes deben hacer el duelo, examinar cuáles han sido sus aciertos, pero también sus fallas como empleado o jefe.

Según la psicóloga clínica Paula Dávila en todas las pérdidas hay apegos y rutinas que se ajustan al darse ese tipo de cambios. Y en todo tipo de duelos, incluido el laborar, que implica ruptura o pérdida un vínculo o de una zona de confort, se viven etapas de duelo que no son lineales ni únicas.

“Hay duelos positivos, que es cuando tomo la decisión de renunciar para ir a un mejor trabajo o para crecer profesionalmente, estudiar o avanzar en otras áreas. Esto no exime que extrañe mis rutinas y a mis compañeros. Un duelo negativo es cuando me despiden aún estando a gusto con mi trabajo, allí puede haber culpa, se afecta la autoestima, al igual que ocurre en el duelo amoroso, cuando yo soy al que dejan”, agrega Dávila.

“Cuando se trata de salir de una empresa en la que se ha permanecido por décadas, la situación es comparable con quien lleva casado 30 años y su pareja le dije que ya no quiere estar más con él. Allí el peligro es cuando ese empleado no ha tenido una vida más allá del trabajo, eso incrementa la tusa, al no ver este cambio como oportunidad sino como un ‘se acabó el mundo para mí y ahora qué voy a hacer’”, explica Velásquez.

Hay gente que cuando se va a jubilar siente felicidad, porque ha construido previamente un camino, pero hay otros jubilados que hasta en su casa estorban, porque su pareja y sus hijos dicen que no saben qué ponerlos a hacer. “Son quienes viven de la fama anterior que les dio su trabajo, del pasado, pero en el hogar vuelven a ser uno más y les da muy duro”, agrega la coach. “Si estabas en un cargo alto que te traía muchos beneficios, pues empieza por buscar otras cosas que te llenen y en las que con tu experiencia puedas ser útil”, añade la coach.

“La persona jubilada vive el duelo pero además debe resignificar su vida, su proyecto y va a hacer después de terminar una cierta etapa”, opina, por su parte, Paula Dávila.

De acuerdo con Velásquez, en cualquier empleo, se debe empezar por tener una vida paralela al trabajo, construir un plan que vaya conectado con su vida laboral, aprovechar su experiencia y ponerla al servicio del otro. Si se está jubilado, se puede seguir devengando un salario con un negocio propio, o volverse un constructor desde su propio bagaje, ejercer un voluntariado, lo importante es tomar acción en actividades que lo motiven y le generen felicidad”.

Consejos

Hay que evaluar los comportamientos, la actitud que se tuvo en ese trabajo y apoyarse en comentarios de ex compañeros y ex jefes.

Evitar ser el enjuiciador que apenas sale de una empresa señala a todos y los culpa de su destino, pensando en que solo lo que él dice es lo correcto y los demás están equivocados. Pero tampoco se trata de creer que el jefe es quien tiene toda la razón y usted merece su suerte por perdedor.

Hay que ver el error como tierra fértil y no como un desierto, solo cuando se convierte una equivocación en una experiencia poderosa, puede cambiar su vida.

Es importante no victimizarse, pensar por qué esto me pasa a mí. El problema no es necesariamente suyo, tenían que recortar personal y hoy le tocó a usted, mañana a otro. Pero piense qué puede hacer mejor la próxima vez, frente a su próxima experiencia.

Si tiene conversaciones pendientes con jefes o compañeros, trate de cerrarlas para no generar un ambiente negativo, porque la actitud de resentimiento le va a cerrar puertas para otras oportunidades.

Piense que un cambio le viene bien, que es una puerta que se abre, porque la vida nos habla de muchas formas.

Sea práctico

Hay gente práctica que sale fácil de una tusa laboral, pero otra dura décadas encerrada inconscientemente en una pérdida por una empresa donde fueron líder de un equipo y no lograron volverse a ubicar o consiguen solo trabajos temporales, porque no han logrado aceptar la pérdida.

En toda tusa que vivimos tenemos un nivel de responsabilidad y en la medida en que nos hagamos cargo de lo que nos corresponde va a ser más fluido el proceso.

La clave: ¡Actitud!

Ante una jubilación o un despido con tusa, una alternativa es consultar a un psicólogo o a un coach organizacional, este le hará preguntas para que encuentre usted mismo posibles caminos y soluciones.

Al final mucha gente concluye cosas como: “Si no me hubieran sacado de esa empresa o no me hubiera retirado, no me habría salido la oportunidad de este gran viaje que me enseñó tanto”, o “por eso pude acompañar a mi hijo o a mi madre con esta enfermedad o con este proceso”.

En el caso de personas que deben alejarse involuntariamente de su trabajo por una licencia por enfermedad, la actitud es vital, así como el apoyo del equipo de trabajo y de la organización.

La coach cuenta de una líder de una multinacional caleña que salió adelante con hijos, esposo y trabajo, tras una larga incapacidad y de estar incluso en cuidados intensivos, pero hace cuatro años volvió a su trabajo con más entusiasmo que antes.

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