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Hasta ahora, lo convenido es que en la zona veredal de La Elvira se instalarán 49 dormitorios, de seis habitaciones cada uno, para albergar a 294 desmovilizados. Sin embargo, no se descarta que se amplíe esa cantidad, si al sector se autoriza la llegada de más integrantes de las Farc. | Foto: Jorge Orozco / El País

FARC

Proceso de construcción y adecuación de las Zonas veredales está en un 50 %

Gobierno dice que ya se entregaron áreas comunes de diez zonas y Farc dicen que aún hay pendientes. Expectativa por posible ampliación.

23 de abril de 2017 Por: Olga Lucía Criollo / Reportera de El País 

“En el mes de abril el Gobierno Nacional se compromete a entregar en su totalidad la infraestructura de las zonas veredales, incluida la instalación de las áreas destinadas para la recepción”.

El compromiso está escrito en el quinto párrafo del Comunicado Conjunto No. 17, fechado el 26 de marzo, una vez concluyó el ‘cónclave de Cartagena’, en el que Gobierno y Farc acordaron meterle el acelerador a la implementación de la paz.

Y según cifras del Mecanismo de Monitoreo y Verificación, MM&V, para el pasado 14 de abril en 11 de las 26 zonas veredales y puntos transitorios de normalización la adecuación del terreno, la dotación de los servicios y la construcción de las áreas comunes no superaba el 50 % de ejecución. Más aún, en dos, La Guajira y Caño Indio, la tarea estaba en cero.

Tal vez por eso el Sábado Santo el jefe negociador de las Farc, ‘Iván Márquez’, se aventuró a tuitiar: “No se cumplió con la finalización de las obras en las ZVTN anunciada para mediados de abril. Siguen y seguirán inconclusas”.

Sin embargo, el pasado viernes Carlos Córdoba, gerente de las Zonas Veredales, dio otra versión: “Ya fueron entregadas las de Anorí, Vidrí, Dabeiba, Vista Hermosa, La Macarena, Carrizal, La Paz y Caldono, el próximo lunes se entregarán otras y para el 30 de abril solo faltarán por terminarse tres”.

Aunque claramente el balance del funcionario es más alentador que el informe del MM&V y desde varios de los sectores donde está concentrada la guerrilla reconoce que este mes el avance de las obras ha sido notorio, en zonas como La Elvira, Cauca, es evidente que las áreas comunes (cocinas, comedores, baños, canchas, aulas y recepciones) no estarán listas antes de mediados de mayo.

¿Construyendo futuro?

“Faltan materiales y un 60 % por terminar, la carretera en mal estado, el acueducto lo dejaron empezado, los incumplimientos siguen”, dice uno de los jefes de los casi 300 farianos que harán dejación de sus armas en una de las zonas que queda a menos de tres horas de Cali.

En efecto, solo mañana se estaría decidiendo entre tres alternativas de suministro de agua potable, debido a que la bocatoma está ubicada tres kilómetros loma arriba, mientras que 41 obreros de Lovall Representaciones -empresa a cargo de las obras en cuatro zonas veredales- y una veintena de guerrilleros ‘juegan’ a arreglar de día lo que la lluvia daña en la noche.

No obstante, casi 60 subversivos ya duermen apretujados en habitaciones de 24 metros cuadrados con paredes de panel yeso y techos metálicos que ellos han edificado, tras fugaces clases de construcción a las que los ha motivado el deseo de fabricarse un futuro.

Es la misma esperanza que llega con tono de queja desde San José del Guaviare: “El contratista hace dos semanas que no se presenta y los materiales son pocos. Hacen falta las baterías de baños, las cocinas, los comedores y las casas están demoradas, a pesar de que los guerrilleros le meten todo el empeño por salir adelante”.

Ni qué decir de Monterredondo, el punto de normalización instalado en Miranda, Cauca, donde hace menos de dos meses un derrumbe echó al suelo el proyecto que albergaba a 222 exintegrantes del Sexto Frente y la columna Gabriel Gálvez que antes también había tenido que moverse de Corinto, tras el asesinato de la dueña del predio que el Gobierno rentó para ellos. Total, ese es uno de los tres frentes de trabajo que el Gerente de las Zonas Veredales acepta que no entregará a fin de mes.

Pero en Caldono, que para el MM&V ya está en un 88 % de ejecución, también hay reclamos: “Nos preocupa que, a pocos días de cumplirse el plazo establecido en el ‘cónclave’ de Cartagena, el campamento para 200 unidades en la vereda San Antonio avance tan lentamente y el de Santa Rosa, para 238 unidades, esté apenas iniciando la adecuación de terreno y las dos áreas de recepción estén en 0 % de avance”.

Así está consignado en un reporte fechado el pasado 17 de abril, en el que se agrega que “esta situación complicará el proceso de dejación de armas que ya se está adelantando en la ZVTN Carlos Perdomo, toda vez que el lugar establecido en coordinación con delegados de FF.AA., ONU y Farc, para ubicar los contenedores del armamento es en Santa Rosa, siendo de 5 % estimado el progreso de la obra”.

Pero Córdoba es enfático: “Es responsabilidad de la ONU recibir todas las armas y en el acuerdo de paz no dice que eso depende ni de un ladrillo ni de una teja. Incluso, si alguien quiere argumentar que no se puede porque hay problemas en la vía, es disculpa”.

Queda claro así que las ‘tormentas’ no son las únicas que azotan las zonas veredales, ya que también están las denuncias que ponen en tela de juicio la idoneidad de los contratistas que han recibido primero $53.000 millones y después $108.000 millones para sacar adelante esta parte de la implementación de la paz.

“Puede que no haya nada ilegal, pero sí que es clara la ineptitud de contrataciones en Zonas y Gob. no resuelve NADA”, escribió en Twitter Carlos Antonio Lozada, uno de los jefes de las Farc más críticos con respecto a lo que pasa en estos 26 sectores de la Colombia profunda donde 6804 guerrilleros se debaten hoy por hoy entre el anhelo de una vida sin armas y la incertidumbre de un futuro confuso.

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