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"Estos perdones son shows para sensibilizar el Sí": Susana Correa

Susana Correa, senadora por el Centro Democrático, sostiene que le preocupan las presiones para evitar el voto por el No en el Plebiscito por la Paz.

24 de septiembre de 2016 Por: Redacción de El País

Susana Correa, senadora por el Centro Democrático, sostiene que le preocupan las presiones para evitar el voto por el No en el Plebiscito por la Paz.

Yo sigo insistiendo en que todos los eventos  (de perdón) que se vean ahora alrededor de este acuerdo tienen más un tinte de estrategia para el Sí, que de otra cosa”, enfatiza la senadora por el Centro Democrático, Susana Correa, líder de  la campaña por el No al plebiscito en el Valle del Cauca. ¿Cómo va la campaña del No en Cali y el Valle? Muy bien. Lo que vemos es una reacción,  venimos atrayendo más y más gente. La verdad es que nosotros nos hemos dedicado no solo a medios de comunicación sino a foros, a debates, al contacto directo en la calle, con la gente, a decirle a la gente porqué votar No en el plebiscito del 2 de octubre, a explicarles lo que realmente tiene ese ladrillo de 297 páginas que son este documento que se negoció en La Habana entre las Farc y Santos y yo creo que hemos ido convenciendo, sentimos que el No está creciendo en el Valle y no sé si nos alcanzará, no importa, pero lo que sí queremos es dar la pela y que el 2 de octubre salgan los resultados para el No, lo mejor posible. ¿Por qué ha reiterado que sí es posible renegociar los acuerdos?  Los únicos que han dicho que no son el Gobierno, las Farc han dicho que ellos no se levantan de la mesa hasta que  todo esté acordado y que todos los colombianos estén de acuerdo con esa paz, y la Corte Constitucional también dijo que si ganaba el No, había la posibilidad de que se renegociaran los acuerdos y eso es lo que estamos proponiendo con el No en la respuesta al plebiscito, que esos puntos que están en la negociación que se hizo en La Habana, pero que no van acorde con el bienestar de los colombianos, se redireccionen, se revisen y se tomen otras decisiones. ¿Pero sí cree que las Farc lo harían en realidad? El Gobierno dice que no se puede, que se devuelven al monte, pero esto para las Farc no es fácil. Llevan cuatro años negociando, ellos sabían que había puntos en que seguramente no todos los colombianos iban a estar de acuerdo, porque es lógico y aquí lo que tienen que estar  listos ellos a decir es: nosotros de todas maneras continuamos, vamos a ver si somos capaces de negociar lo que no está negociado o lo que a la otra mitad de los colombianos les parece que debería ser diferente, porque esta negociación es la que inicia este proceso con las guerrillas colombianas y tiene que ser demasiado bien hecha, primero, para que no nos vayan a llevar a nuestro país al comunismo; segundo, para que realmente haya justicia, sino el ejemplo a nuestra sociedad y a nuestra juventud va a ser nefasto. ¿Cuáles son las principales dos razones por las que los colombianos deben decir No al Plebiscito? El narcotráfico no puede ser un delito conexo al delito político. El narcotráfico, de acuerdo a la Constitución, da cárcel y en esta negociación deja de ser un delito, pero además se cancela la extradición…  Los cultivos de droga en Colombia han venido creciendo de una forma sustancial desde que se canceló la fumigación área. Sin embargo, con este nuevo evento, que no se castiga, no es un delito, pues esto se va a ir a unas exponenciales grandísimas, va a crecer muchísimo. ¿Y qué se deriva de eso? En Colombia hace diez años no se consumía la droga que se consume hoy ni el microtráfico era ese delito tan grande que vemos hoy en los núcleos urbanos de todo el país, entonces el narcotráfico tiene relación directa con la violencia que estamos viviendo en nuestras ciudades y nuestra ciudad es una de las más afectadas por ese flagelo. ¿Y cuál sería la segunda razón? En el segundo punto hay varios subpuntos: el primero es que los acuerdos no obligan  a entregar los secuestrados que tienen las Farc. En el año 2012 había 419 secuestrados y hoy las familias piden a gritos que se entreguen. Los acuerdos no obligan a devolver los niños reclutados; han entregado 13 hace dos semanas y en el 2014, según la Fiscalía, había once mil niños reclutados y los acuerdos no obligan a entregar todas esas tierras que han sido robadas por las Farc para poder hacer el banco de tierras de tres millones de hectáreas, pero además formalizar las otras cien millones de hectáreas. Usted también se ha referido al aspecto judicial... Nosotros no  podemos seguirle dando ejemplo a nuestros  jóvenes de que usted puede cometer el crimen que sea y aquí no sea castigado. Nosotros no estamos diciendo que se castiguen las bases de la guerrilla, estamos diciendo que los cabecillas de las Farc, responsables de crímenes de lesa humanidad, tienen que pagar cárcel y tienen que hacerlo en castigo intramural. No es ahora que los van a mandar a una finca a cultivar papa o lechugas o en una pena un poquito más alta a que hagan el desminado, que no lo van a hacer. Nosotros queremos que el ejemplo sea clarísimo, de que todos estos delitos se paguen y se paguen realmente.  Nosotros no vamos a pedir una cárcel para Timochenko como lo que dice la justica ordinaria. Con todos los procesos que tiene hoy él está por encima de 450 años de cárcel, pero no estamos diciendo eso, estamos diciendo que estamos de acuerdo con una justicia especial, pero que al menos sean de 5 a 8 años de cárcel solo y exclusivamente para los cabecillas  responsables de crímenes y  delitos de lesa humanidad. ¿Y qué rescata usted de  las 297 páginas del acuerdo? En  el primer capítulo, en la reforma rural integral, se está diciendo que haya un censo rural, que Colombia hace muchos años no lo hace, pero lo rescato de allí porque hay que hacerlo, pero que no es este acuerdo una obligación para que se haga, porque hay muchas cosas que en Colombia se debieron hacer rato, pero la excusa es esta negociación de La Habana para procurar hacerlas.  Me parece que es necesario que los campesinos que hoy se dedican a los cultivos ilícitos tengan todo un programa, que no está tampoco bien ponderado, solo está la sustitución de cultivos, que es lo que rescato, pero que a su vez habría que  adicionarle toda la logística. Usted dice que no ve en la guerrilla un deseo sincero de perdón, pero los familiares de los diputados que se reunieron con ellos en La Habana dicen lo contrario... Yo sigo insistiendo en que todos los eventos que se vean ahora alrededor de este acuerdo tienen más un tinte de estrategia para el Sí, que de otra cosa. Ustedes publicaron que yo me encontré con un guerrillero  del ELN en un debate en Tuluá y me pidió perdón. Un tipo que yo no conocía, que nunca estuvo en los sitios donde yo estuve, que no autorizó  ni lideró mi secuestro, que ni siquiera  sabía que su compañera de debate había sido secuestrada por el ELN, eso no lo admito. Claro que le dí la mano, pero porque era mi compañero de debate, pero no porque aceptara su perdón, porque no creo que me lo hubiera tenido que pedir. A mí que me pidan perdón los mismos responsables de mi secuestro, del sufrimiento de mis padres, del sufrimiento de mi hija y que yo realmente les vea que tienen un sentimiento sincero de arrepentimiento, mientras tanto seguirá siendo show mediático. Pero ellos dicen que sí vieron sinceridad en los jefes de las Farc... Pero si fuera así, por qué los van a hacer pedir perdón público en la ciudad, o sea, es absurdo. Si ya yo tengo mi  alma tranquila porque la gente que mató a mi hermano, a mi esposo, a mi papá, pidieron perdón sincero, yo hasta allí llego, pero ellos han pedido perdón público en Cali, entonces me hace pensar que lo que se está haciendo con todos estos perdones son shows mediáticos como estrategia para sensibilizar más el Sí como respuesta al plebiscito.  ¿Cómo analiza la guerra sucia que se está registrando en la campaña? Me preocupa que esta campaña esté tan polarizada, pero más me preocupa que sea tan desigual en todas las formas, no solo con los recursos, sino también con todas las presiones que están haciendo todos los estamentos, hablo desde la Casa de Nariño, hasta las gobernaciones y las alcaldías, eso no debe ser así.

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