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¿El acuerdo de paz es una oportunidad o amenaza para los empresarios?

Gremios que agrupan a empresarios e industriales del Valle del Cauca, en mesa redonda con El País, expresaron apoyo al acuerdo de paz y al plebiscito. También hablaron de sus preocupaciones.

18 de septiembre de 2016 Por: Redacción de El País

Gremios que agrupan a empresarios e industriales del Valle del Cauca, en mesa redonda con El País, expresaron apoyo al acuerdo de paz y al plebiscito. También hablaron de sus preocupaciones.

Pese a que tienen inquietudes sobre el acuerdo que se firmará este 26 de septiembre entre el Gobierno Nacional y las Farc para poner fin al conflicto, los  gremios que agrupan a los agricultores y a los grandes, pequeños y medianos empresarios en el Valle del Cauca dicen estar apostándole a la paz. 

Así lo dejaron en claro durante la mesa redonda que realizó El País el pasado miércoles con los presidentes y directores  de la Asociación de Cultivadores de Caña  de Azúcar (Asocaña), la Sociedad de Agricultores  y Ganaderos del Valle del Cauca (SAG), el Comité Intergremial y Empresarial del Valle (Ciev), y la Asociación Colombiana de Pequeñas Industrias (Acopi, seccional Valle), para conocer sus planteamientos sobre lo pactado en La Habana, los temores y la contribución al posconflicto, entre otros temas. 

Los líderes  gremiales coincidieron en señalar que el acuerdo de paz está bien intencionado, estructurado y que es   serio. E indicaron que en  la medida en que lo han ido conociendo, la percepción entre los empresarios ha ido cambiando.

El presidente de Asocaña, Luis Fernando Londoño Capurro, aseguró, por ejemplo,  que ese acuerdo   no representa una amenaza para los empresarios ni para el sector agrícola y que está ajustado a las leyes. 

A su vez, el  presidente de la SAG, Francisco Lourido Muñoz, ve el acuerdo como una  posibilidad inmensa,  no solo para generar empleo en   la región y el país, sino también  recursos a través de las exportaciones.

Posiciones similares tienen Christine Riani, directora del Comité Intergremial y empresarial, y Beatriz Avendaño, directora de Acopi, quienes sostienen que es una oportunidad y una esperanza.

No obstante, los dirigentes también albergan temores  sobre el acuerdo entre Gobierno y Farc. Los mismos tienen que ver especialmente con la justicia transicional y el tribunal que se creará, debido a que habrá empresarios que deberán acudir a este por razones del conflicto armado.   También les preocupa el tema de seguridad, debido a que aún persisten grupos ilegales. 

Pese a todo eso, el empresariado vallecaucano está dispuesto a aportar desde sus diferentes sectores a la construcción de la paz. De ahí que desde ya estén impulsado iniciativas para el posconflicto que permitan generar oportunidades no solo a los desmovilizados sino a indígenas, campesinos y a los más necesitados.

Lea aquí el acuerdo final entre Farc y Gobierno Nacional

“La paz no va en contra del sector privado”: Francisco Lourido, presidente de la SAG

 

[[nid:255953;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2014/02/francisco_jose_lourido.jpg;left;{Francisco José Lourido, presidente de la SAG, la Sociedad de Agricultores y Ganaderos del Valle.El País.}]]

El acuerdo

Como un acuerdo muy bien intencionado y serio y que no tiene  lo que dicen   los opositores,  describe  el  presidente de la Sociedad de Agricultores y Ganaderos  del Valle del Cauca (SAG),  Francisco Lourido Muñoz, lo pactado en La Habana entre Gobierno y Farc.

“El acuerdo no está cambiando el modelo agropecuario, está teniendo en cuenta al sector, lo que es bienvenido. Para nosotros es muy importante que el sector agropecuario se ponga de moda. Somos conscientes que podemos generar las soluciones, pues ha estado   abandonado. Se han hecho algunas reformas agrarias  fallidas. Hoy hay que mirar más hacia dentro que hacia afuera”, sostiene.

El dirigente considera, además, que esta es una posibilidad inmensa que se presenta no solo para generar empleo para  la región y el país sino recursos en el tema agroexportador.

“Todo esto debe ser mirado desde el punto de vista de un desarrollo agroempresarial, que no excluya a los pequeños agricultores. Todos tenemos que sentarnos en la misma mesa”, dice.

Preocupaciones 

Lourido reconoce que el acuerdo genera muchas inquietudes y dice que lo que más le preocupa es la corrupción en el posconflicto, por eso sostiene que hay que estar vigilantes para que la plata llegue a donde tiene que llegar. 

“Es cierto, el acuerdo es una lista de mercado (tiene mucho detalle), pero lo más importante es que vamos a poder ir a mercar y trabajar tranquilos en el campo, donde es muy importante  la tranquilidad para que la gente pueda trabajar, pues los agricultores no podían  vigilar sus cosechas con el temor de ser secuestrados y tener problemas  de boleteo e inseguridad”, explica.

Empresarios al tribunal de paz

Sobre este tema, el  Presidente de la SAG asegura que eso lo  ha dejado en claro el Fiscal y el presidente Santos y que  creen  en ellos y en los acuerdos de paz.  Explica que lo que se vivió  en un momento era un tema de extorsión. El agricultor se sentía absolutamente abandonado y se pedían vacunas y se pagaban,   eso no se puede negar. 

“La paz no va en contra del sector privado, como se ha dicho dentro de toda la desinformación que hay. En el sector no es que no exista preocupación, porque aquí hay tendencias de lado y lado, se generan temores que deben superarse.  Pero trato de ponerme del otro lado y digo: si nosotros sentimos tanto miedo al hacer la paz, ¿será que las Farc no sienten lo mismo? Creo que no son tan buenos los buenos, ni tan malos los malos.  Tenemos que ser más conscientes y pensar qué inquietudes tienen las Farc hacia nosotros”.

Aporte de su sector a la paz

La SAG participa en un programa con reinsertados de la Agencia Colombiana para la Reintegración. El año pasado hizo un piloto en el norte del Valle con 30 desmovilizados de las Farc, paramilitares  y ELN facilitando su experticia en el sector agropecuario. Se capacitó a los muchachos en procesos   hortofrutícolas  en predios de Grajales con la ayuda de mucha gente. A  esas personas no solo se le  está cambiando de actividad, sino que se les ayuda a educarse. “Lo gratificante es que esos muchachos ya trabajan en empresas. El 87 % labora  en el sector agrícola, el resto se fueron a sus fincas a producir. Ellos tienen la mejor actitud, persistencia y disciplina y mucho agradecimiento.  La gente cuando los oye se conmueve porque son personas que les tocó vivir en el conflicto. “En ese proyecto seguimos hoy  trabajando para aportar a la paz”, asegura Lourido. 

Beneficios económicos a guerrilleros

Sobre el tema de de  las ayudas que recibirán los desmovilizados, Francisco Lourido invita a  una reflexión y es que lo que están  haciendo con los reintegrados se debe  hacer con el resto de la sociedad. “Yo sueño que el proyecto de capacitación y educación no solo llegue a los reintegrados sino a todos los muchachos que no tienen oportunidades laborales en el campo”.

Papel del Valle en el posconflicto

“Esta es una oportunidad con muchos temores, obviamente, pero es muy grande. El problema que  viven Chile y Perú, al igual que Israel, es por ausencia de mano de obra. Y el tema del sector agrícola es intensivo en mano de obra. En la hortofruticultura  todo se hace a mano y no hay forma de sustituirlo y esa actividad  está en todo el Valle. Ese potencial de tener ciudades a lo largo y  ancho del departamento es una oportunidad. El tema es de tener el capital humano, la gente. Tenemos que  despertarnos y ver esa gran oportunidad. El mercado de la piña, por ejemplo, está creciendo mucho”.

“Es una oportunidad única para el país”:  Christine  Riani, directora del Comité Empresarial e Intergremial del Valle

[[nid:577610;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2016/09/christine-riani.jpg;left;{ Christine Riani, directora del Comité Empresarial e Intergremial del ValleFoto: José Luis Guzmán | El País}]]

El acuerdo

Para Christini Riani, directora del Comité Empresarial e Intergremial del Valle, los acuerdos han sido bien recibidos en el sector. “Hay consenso en que el acuerdo está bien estructurado. Para el país es una oportunidad única desde todo punto de vista. Vamos a dejar hablar de las Farc como grupo armado, y a nivel internacional nos quitan el rótulo de país de guerra. Eso se reflejará  en mejor calificación, en llegada de inversión extranjera. Habrá que tragarse muchos sapos, como dicen, pero es la única forma de lograr la paz en este país”. 

Preocupaciones

La preocupación, señala Riani,  es la seguridad después de la firma del acuerdo.  Que  no vaya a haber un abandono del Ejército, porque si bien  las Farc no estarán, habrá otro tipo de delincuencia. “Seguramente no toda esa guerrilla se va a reinsertar y algunos pasarán  a otros grupos ilegales. No sabemos qué va a pasar con el ELN”. 

También preocupa el desarrollo  de  infraestructura, “porque el Gobierno habla de buscar alicientes para las empresas  que ubiquen plantas en sitios donde se puedan emplear  los reinsertados, pero eso tiene que  ir con acompañamiento del Gobierno   en  temas de costo-país, porque  sitios alejados son los más  costosos en energía, no tienen vías”.

Aporte de los empresarios

La dirigente asegura que  hoy hay  una nueva visión de empresa y  que  el objetivo no es únicamente  tener utilidades o crecer económicamente  sino que los empresarios  tienen claro que  hay una responsabilidad social en el sentido que debe desarrollar no solo su zona de influencia sino otras del país.  

“Creo  que todas  las empresas aportarán, de hecho en el Valle ya se vivió con lo que se hizo en el norte del Cauca. Muchas empresas están pensando llevar  parte de la producción a sitios donde puedan generar empleo”.   

El cambio

“El susto al cambio  es porque  los dueños de las empresas han sido  directamente afectados por la guerra. Los han extorsionado, secuestrado o les ha tocado irse del país, pero en la medida en que van conociendo el acuerdo y las ventajas que este traería, ha estado cambiado el concepto. Los empleados de todos los sectores, en su mayoría, van a  votar por el Sí.

Beneficios a guerrilleros

 “El Gobierno ha sido claro en que estas ayudas van a ser temporales porque estamos tratando de pasar a un  grupo inmerso en el crimen a la legalidad y eso nos va a costar a todos”. 

El Valle en el posconflicto

Sobre el tema, dice la líder gremial, que se viene  trabajando hace mucho tiempo. “Las ciudades son receptoras de personas en busca de  mejor forma de vida y lo que tenemos que hacer es lograr que se queden en el campo”.  Por eso cree que hay que trabajar entre el sector privado con   Gobernación y  Alcaldía de Cali para enfocarse  en el desarrollo de cadenas industriales que aseguren el  crecimiento de la agroindustria en todo el Valle. 

“Nosotros tenemos una ventaja gigante: el  cultivo de la caña de azúcar, que ha hecho que tengamos ciudades intermedias fuertes, que hay que convertir en centros de acopio que permitan el crecimiento de la industria a su alrededor. La otra ventaja es el puerto de Buenaventura porque el Pacífico es el futuro de países como Colombia y eso nos va a traer beneficios de crecimiento empresarial.

“No es  amenaza para el sector agrícola”: Luis Fernando Londoño, presidente de Asocaña

 

[[nid:577615;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2016/09/luis-fernando-londono.jpg;left;{Luis Fernando Londoño, presidente de Asocaña.Foto: El País}]]

El acuerdo

“Desde el punto de vista del empresariado, del sector agrícola y agroindustrial, me parece que el acuerdo   no constituye una amenaza. Lo que hay en el capítulo de reforma rural integral está todo en la Constitución y las leyes vigentes. Es un acuerdo serio y responsable”, asegura  el  presidente de Asocaña,  Luis Fernando Londoño Capurro.

Preocupaciones

Londoño aseguró que el Consejo Gremial Nacional, del cual él hace parte, tomó la decisión de apoyar el proceso de paz  desde el principio,    pero reconoce  que hay  interrogantes sobre la justicia transicional, especialmente entre empresarios que de una u otra manera tuvieron que ver con actores de la guerra, sea paramilitares o guerrilla. 

Empresarios y tribunal de paz

El presidente de Asocaña, al referirse al tema, asegura que le da garantía y seguridad lo que ha dicho el Fiscal General de la Nación sobre que quienes hayan participado  voluntariamente apoyando grupos ilegales armados  tendrán que confesar y decir la verdad para que tengan el tratamiento que establece la ley, pero los que hayan sido presionados, amenazados y coaccionados y se hayan visto obligados a dar dinero o ganado, no tienen nada que temer. 

“Eso es una garantía para quienes tienen temor sobre esa  justicia. Creo que debemos confiar  en el tribunal. Eso es muy importante.  Por tanto, creo que los empresarios honrados, que son la mayoría de nuestro país, no tienen porqué temer”, acota. 

 Aportes del sector a la paz

Desde hace 6 años, el gremio  creó el Fondo del Agua para la Vida y la Sostenibilidad, que nació con  capital semilla de los ingenios, los cuales año tras año aportan miles de millones de pesos, al igual  que  21 empresas privadas, públicas, regionales, nacionales e internacionales y también  las  corporaciones regionales de Cauca, Valle y Risaralda para la recuperación de las cuencas hídricas.  

“Hemos ejecutado casi $30.000 millones en 22 cuencas. Se trata de recuperar y conservar las cuencas más enfermas del valle geográfico del río Cauca,  norte  del Cauca, Valle y un sector de Risaralda, en la zona que más escaló el conflicto armado.  La importancia de esto es que el agua es la vida y se benefician 3,5 millones de habitantes. Es  agua para la agricultura, los campesinos,  los indígenas, que cuidan los nacimientos  y viveros a través convenios con el Fondo”, añade.

Eso, según asegura el dirigente,  va a ser la base para los proyectos productivos a lado y lado  de las cuencas desde la parte alta a la baja. 

“Esto es un aporte importante para el  posconflicto. Gustavo Bell, embajador en Cuba, nos dijo ustedes ya están contribuyendo al posconflicto con este aporte tan importante. Eso va a ser la base para el desarrollo de proyectos productivos, sean de indígenas, reincorporados o campesinos. Con el Instituto de Estudios Interculturales de la Universidad Javeriana,  que tiene un análisis de toda esa área, se está pensando en un gran proyecto de región”.

Temor al cambio

El dirigente gremial admite que en un momento dado había un número importante de empresarios con temores al cambio, pero en la medida en que han leído el acuerdo final o el Gobierno ha sido más didáctico, la gente ha entendido que este es una oportunidad para el desarrollo del país.

“Soy  un convencido de eso.  El hecho de que tengamos que ser más incluyentes, me parece que es propio de una  civilización moderna, no podemos esperar que haya una gran mayoría de gente marginada del desarrollo, sobre todo en el campo. Hay que darle todas las oportunidades posibles”, dice.

Por eso es partidario de integrar a la gente  en las cadenas productivas donde caben todos y donde la agroindustria jalone a los productores de materias primas, grandes, medianos y pequeños. 

“Hay que ayudar a organizar a estos últimos a través de un sistema que se estigmatizó con las cooperativas financieras y son las cooperativas de producción agrícola, que entiendo que es uno de los temas más importantes para los que van a producir alimentos y demás. El temor  se ha venido superando y quienes lo tienen ya representan una minoría. En el sector azucarero, por ejemplo, la mayoría de los empleados y trabajadores de los ingenios van a votar sí en el plebiscito”.  

Beneficios económicos a guerrilleros

En todos los procesos se han dado beneficios económicos. ¿Qué pasó con la reinserción de los paramilitares?, ¿cuánto costó?, ¿cuánto costó la reincorporación del M-19?,  ¿qué se hizo, cuántas curules tuvo?, para ellos se crearon condiciones para hacer política y estuvieron en el Congreso.  

 Aporte del Valle al posconflicto

“Para contrarrestar la migración del campo a la ciudad, del Pacífico a Cali, hay que promover polos de desarrollo en todas las ciudades intermedias y donde esté la producción. ¿Qué está sucediendo con los cafeteros?, que en las fincas se quedan los viejos y  la productividad  ha caído porque los jóvenes se van a  la ciudad y no quieren  volver a la finca. 

Ese es un ejemplo que se puede aplicar a todos los subsectores agrícolas. El imán de las ciudades es gigante, sobre todo Cali.  No creo que todos los exguerrilleros se queden en el campo”.

“Todos los cambios generan miedos”: Beatriz  Avendaño, directora seccional de Acopi

[[nid:577618;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2016/09/beatriz__avendano.jpg;left;{Beatriz Avendaño, directora seccional de Acopi.Foto: José Luis Guzmán | El País}]]

El acuerdo 

Beatriz Avendaño, directora de la Asociación de Pequeñas y Medianas Industrias,   Acopi, seccional Valle del Cauca -gremio que agrupa las Pymes-, asegura que, desde el punto vista empresarial, el acuerdo de paz está bien estructurado y es  una esperanza.  

“Creo que es el inicio porque es en este  periodo que tenemos la gran  responsabilidad de sentar bases  para ayudar  a la construcción de la paz   en  este país, que ha sido tan anhelada en estos 50 años de conflicto y donde tanto el sector agrario como el empresarial debían transitar con temor sus productos por las vías”, explica tras indicar que  hoy  todavía hay miedo entre los empresarios, pero también esperanza. 

“Tenemos mucha fe de que podemos contribuir a  ese acuerdo de  paz a través de procesos de acompañamiento para la creación de nuevas unidades productivas. Este es un proceso en el que muchas personas se van a desmovilizar y también hay una responsabilidad del sector empresarial, que pide estímulos tributarios, sobre todo las pymes, que han sido tan golpeadas en los últimos dos años. Queremos contribuir a la paz, pero que haya una conciliación con el sector empresarial para que existan beneficios para las empresas para poder hacer un proceso de acompañamiento a las unidades productivas que se  creen”.         

Preocupaciones

La preocupación y el temor  para el gremio que agrupa a la pequeña y mediana industria radica en  que existen otros grupos al margen de la ley. “Por eso el empresario tiene cierto temor de esos grupos ilegales, aunque quiere contribuir a la paz”.  

Aporte de empresarios 

Acopi desde el Fondo  Nacional está planeando una gran red con  muchos empresarios que  tienen maquinaria subutilizada para crear   un banco de maquinaria  para apoyar a  muchos emprendimientos que se vayan creando y de esa forma   los industriales les puedan aportar.  

Lo que se pretende, dice Avendaño, es  crear una gran plataforma de oferta de maquinaria para los diferentes sectores con el fin de contribuir al acompañamiento de proyectos. Ya  desde diferentes seccionales  se está trabajando en eso, lo que  sería una gran contribución al posconflicto.

 El cambio

“Todos esos cambios generan miedos y no solo para los grupos que están al margen de la ley  sino para nosotros.  Todos hemos anhelado la paz durante  años, pero no estamos preparados para asumir esa realidad desde los diferentes sectores”.   

 Beneficios económicos

“Ser pillo no paga. No estoy de acuerdo con esa frase. En este proceso necesitamos una infraestructura social para la construcción de un verdadero tejido social. Hay que segmentar porque tenemos dos tipos de población, una de muchachos  que fueron  obligados, ellos  no decidieron, hay  que  darles una oportunidad, pero con un acompañamiento de gremios y Gobierno y no dejarlos  solos para que ellos sean autosostenibles con el tiempo y eso necesita inversión social y económica”. 

El Valle en el posconflicto

“Es muy importante identificar la vocación de cada municipio. Hay empresas que ya están haciendo tercerización para que pequeños productores no se vengan a las ciudades. Así se construye la paz”.

 

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