Senador Carlos Abraham Jiménez hace advertencia sobre dineros de vigencias futuras: el Valle perdería $2 billones de la vía Mulaló

La Corte Suprema de Justicia decidió no investigar a cuatro senadores en el caso de corrupción de “Las Marionetas”, entre ellos está el de Cambio Radical, Carlos Abraham Jiménez,

En entrevista con El País el congresista habló de la decisión y de lo que piensa del actual gobierno de Gustavo Petro.

¿Cómo se siente con la decisión de la Corte?

Después de tanto ruido mediático, de haber salido en portadas y en la prensa por un caso de corrupción, la Corte Suprema de Justicia definió lo que siempre defendimos: que éramos inocentes.

Sí conocimos al senador Mario Castañeda, fue compañero en el Congreso de la República, pero lo que hacía fuera del edificio ya no era nuestro asunto. Hoy la Corte nos ratifica, después de tres años en los que se afectó nuestra reputación y casi destruyeron nuestro capital político.

Hoy podemos salir con la cabeza en alto y confirmar que nunca estuvimos involucrados en un caso de corrupción. Vamos a poder continuar nuestra lucha desde el Congreso de la República, con la tranquilidad de haber cumplido siempre a nuestros electores y a los colombianos.

¿Qué efecto tuvieron esas acusaciones en el entorno político?

Fue muy duro hacer campaña, sobre todo en la región. En ese momento, el candidato a la Alcaldía Roberto Ortiz acusó al hoy alcalde de Cali, Alejandro Eder, de tener nuestro apoyo y de que estábamos involucrados en corrupción. Eso impidió que pudiéramos acompañar al alcalde de manera decidida, como hubiéramos querido.

Hablando de lo que pasa en el Congreso, ¿cómo ve la situación de la oposición en el país y en el Congreso?

Hoy estamos frente a un Presidente mitómano, acostumbrado a mentir constantemente y que quiere hacerle creer al país que los problemas de seguridad, del alto costo de la canasta básica, de salud, del deporte o de la educación no son su responsabilidad, cuando todo obedece a la mala administración de este Gobierno.

A este país se lo están robando. Vemos escándalos todos los días y un presidente que no les ha cumplido a sus electores. El único grupo al que sí les ha cumplido es a quienes están al margen de la ley, a los que ha permitido crecer a sus anchas. Cali es hoy la ciudad más golpeada por ese embate.

¿Cómo ve el momento que está pasando Cali, considera que la ciudad recibe el apoyo que necesita?

Los grandes problemas de Colombia son la seguridad y la salud. Hace cuatro años conseguir una cita con un especialista tardaba cuatro o cinco meses; hoy puede demorar entre ocho y doce. La gente no encuentra medicamentos y debe comprarlos de su propio bolsillo.

Cali tiene la red de salud más grande del país y algunas de las mejores clínicas de Latinoamérica, pero ese sector, que debía jalonar empleo y oportunidades, está recibiendo un golpe directo por la inseguridad.

La advertencia de Estados Unidos hacia el Valle del Cauca, especialmente a Cali, le pasa factura al turismo médico, una de las grandes apuestas de la ciudad. Estos embates de los grupos ilegales generan temor y deterioran poco a poco un sistema de salud robusto y complejo. Estamos perdiendo recursos valiosos de turismo y oportunidades de empleo para nuestra gente.

De cara a lo que viene, ya en el último año de la legislatura, ¿cuáles serán las prioridades en el Congreso?

Que no nos roben. Hoy nos van a robar $2 billones. El Presidente incluyó en el Presupuesto General de la Nación un artículo, el 88, que permite cambiar las vigencias futuras. Eso significa que la plata comprometida se la van a gastar de inmediato.

El Valle del Cauca tiene en una fiducia $2 billones para la construcción de la vía Mulaló–Loboguerrero, una obra clave que conecta con Buenaventura y que movería la economía. Si toman ese dinero, se perderá y pasarán 20 años antes de recuperarlo.

Me preocupa que los líderes del departamento guarden silencio, algunos por miedo al Gobierno Nacional. En lugar de robarnos, el Presidente debería anunciar más obras. El billón para Emcali aún no llega. Tampoco los recursos para el Tren de Cercanías.

Cali le dio la victoria a Gustavo Petro y lo que ha hecho con la ciudad es robarle los sueños y las ilusiones.

¿El Gobierno busca recursos de esta forma porque se agrava el problema fiscal del país?

Estamos en riesgo incluso de que a final de año no se puedan pagar salarios. Petro rompió un esquema: cree que todo lo del Estado es perfecto, pero no entiende que el país también lo hacen la ciudadanía, las empresas privadas y el sector público.

Las empresas privadas son las que hacen crecer la economía. Hoy crece el consumo, pero no la tributación. La economía ilegal –basada en coca y minería de oro ilegal– se mueve, pero no paga impuestos. Mientras no tengamos una tributación saludable que no asfixie al empresariado ni a los ciudadanos, el Estado no podrá cumplir su función. Petro no piensa en los jóvenes, piensa en reelegirse y en gastarse la plata como sea.

¿Qué cree que va a pasar ahora con el presupuesto y la reforma tributaria?

En las comisiones económicas, sobre todo la cuarta del Senado a la que pertenezco, los partidos han tenido la altura de votar negativamente lo que no le conviene al país.

Ya le hemos negado varias leyes al presidente. Esperamos que el presupuesto venga con cifras aterrizadas y no con la estafa que hoy le presentan a los colombianos. La salud no recibe recursos suficientes; los deportistas tienen que mendigar para competir en juegos nacionales e internacionales, mientras el presidente gasta en redes sociales y se ve envuelto en escándalos de corrupción.

¿Y la tributaria?

La tributaria tiene pronóstico reservado. Todos saben que no busca cerrar brechas, sino conseguir recursos de donde sea. El Gobierno está matando la gallina de los huevos de oro y disparando la informalidad, uno de los grandes problemas de los colombianos.

¿Cómo van sus apuestas frente a las presidenciales?

Después de lo sucedido con Miguel Uribe entendimos que no estamos en un juego democrático con garantías como en años anteriores. Petro y su partido siempre las tuvieron en la oposición. Hoy la Unidad Nacional de Protección no protege, sino que pone en riesgo la seguridad de quienes nos atrevemos a decir no.

Se ha planteado una consulta en marzo, con todos los que hemos estado en contra del Gobierno. Pero el punto de partida es diciembre. Quien no tenga al menos el 5 % en intención de voto deberá considerar participar en listas al Congreso, porque hoy más que nunca necesitamos candidatos presidenciales también en el Legislativo.

La apuesta de Petro es clara: aunque pierda en 2026, quiere impedir que el próximo presidente gobierne. Si logra una mayoría en el Congreso, en 2030 la izquierda llegará recargada y podría incrustarse de manera totalitaria en la democracia colombiana.

Por eso invitamos a los candidatos presidenciales a tomar decisiones antes del 8 de diciembre. Si no alcanzan el 5 %, pueden ser excelentes opciones en el Congreso. En marzo habrá otra oportunidad de unidad, pero quienes se queden por fuera serán voces valiosas que necesita el Senado para enderezar este país.