El pais
SUSCRÍBETE
Gloria Alonso, directora de Planeación Nacional | Foto: Colprensa / El País

MINISTROS

¿Le llegó la hora a Duque de renovar su gabinete ministerial?

Al menos cuatro funcionarios están en la cuerda floja. Se dice que pronto habrá relevo. Interior y Justicia, las prioridades.

28 de abril de 2019 Por: Colprensa

El consejo de ministros que se realizará la próxima semana en la Casa de Nariño podría ser el último para varios miembros de ese eq uipo. Cada vez parece ser más inminente el relevo que, se dice, hará el presidente de la República, Iván Duque Márquez, en su gabinete.

Cambios que arrancaron el miércoles pasado, cuando se oficializó la salida de Jorge Mario Eastman de la Secretaría General de la Presidencia, cargo que, después del Jefe del Estado, es el que tradicionalmente ha tenido más poder en la Casa de Nariño.

Su salida ya estaba cantada, incluso el propio Eastman le había dicho unos días antes de la Semana Santa a varios de sus amigos que tan solo faltaba definir la fecha para irse.

Eastman, como tradicionalmente hace el secretario general, es quien sabe cuál es la radiografía burocrática del Estado, es decir, tiene claro en qué cargos el Presidente de la República se puede comprometer a designar funcionarios que representan a los partidos que le apoyan.

Pero en estos casi nueve meses de Gobierno, a él fue a quien se le responsabilizó de tener frenada la ‘mermelada’. Ello habría generado un distanciamiento, incluso con el expresidente Álvaro Uribe.

Eduardo Pizano de Narváez también suena para ser el relevo de Eastman. Es conservador. Fue senador del grupo Nueva Fuerza Democrática, de Andrés Pastrana, se ha dedicado a la empresa privada y es gran amigo del presidente Duque.

Lea también: "A Duque le hace falta un equipo que haga realidad sus ideas": Alejandro Chacón

Su reemplazo inmediato es María Paula Correa, secretaria privada de Duque, considerada la mujer que más influye en las decisiones que toma el actual Jefe de Estado, pero estaría allí de manera transitoria.

El primer nombre que sonó fue el del exministro de Comercio, Sergio Diazgranados, quien habría descartado el ofrecimiento por motivos personales (la enfermedad de uno de sus hijos) que le obliga a vivir en Estados Unidos.

Sumado a eso, el nombre de Diazgranados no cayó nada bien entre el uribismo ‘pura sangre’ porque él fue uno de los hombres fuertes que tuvo el expresidente Juan Manuel Santos.

El segundo candidato a ese cargo que evalúa Duque es Alicia Arango, la ministra de Trabajo y quien hasta antes de arrancar el Gobierno ya había sonado para esa posición, porque fue la mujer fuerte de la campaña presidencial. En ella confía el Mandatario, tanto que de forma permanente le consulta asuntos que no tienen que ver con esa cartera. Aunque Arango ya habría recibido el ofrecimiento, estaría dudando por las fricciones que hay dentro del Centro Democrático.

¿Cambios ya?

Jorge Iván Cuervo, analista político, dice que antes de dar el paso en el cambio del gabinete se deben tener en cuenta varios aspectos: El desgaste propio del estudio y aprobación del Plan Nacional de Desarrollo; que no haya un respaldo político al Gobierno, como le ocurre a Iván Duque, o que no se estén haciendo bien las cosas y ello se refleja en ejecución.

Afirma que en este último punto se debe considerar que la gestión de un nuevo gobierno se adelanta bajo el Plan del mandato anterior.

Mientras, Pedro Viveros, experto en marketing político, sostiene que hay mucha presión desde distintos sectores para que haya renovación ministerial, pero que el punto de quiebre será lo que ocurra mañana con la votación de las seis objeciones a la JEP en el Senado.

“Creo que al Presidente le hace falta ‘más maña que fuerza’ para manejar la gobernabilidad y para eso debe tener una mezcla de “nova et vetera” en el Gobierno. Hoy tiene más amateurs, esperemos si le mete canas con experiencia a su gestión. Está a tiempo para hacer los cambios, pero la fiebre no está en las sábanas”, comenta.

Agrega que se puede hacer un acuerdo político abierto y que ingresen al Gobierno nuevas caras de otros partidos, pero “eso por supuesto tiene que tener presentación para que no se entienda como mermelada”.

Sin embargo, Cuervo aclara que la “mermelada son los recursos de entidades nacionales que se dirigen a los entes territoriales arbitrados por los congresistas y que quedan fijados en el Plan de Desarrollo. El riesgo es que se vienen las elecciones locales y muchos políticos van a pedir inversión para jalonar votos y va a ser difícil que el Presidente se resista no por un hecho oral, sino de la política pragmática”.

Los posibles cambios
Se van o se quedan

Por haber tenido ya un desgaste, se da como un hecho la salida de Gloria María Borrero del Ministerio de la Justicia. Quien más ha insistido en la “inoperancia” de la funcionaria es el senador uribista José Obdulio Gaviria, así como el ala radical del Centro Democrático.

A la Ministra se le ‘acusa’ en el partido de Gobierno de ser afín a los Acuerdos de Paz con las Farc, que desde el principio el uribismo ha tratado de ajustar.

El relevo de Borrero estaría por los lados del liberalismo, partido que en la actualidad está en condición de independiente y muy crítico a varias acciones del presidente Duque.

Precisamente, el partido rojo fue el que lideró el hundimiento de las objeciones presidenciales a la JEP. Esta semana, en el intento de salvar al menos el punto referente a la objeción del tema de la prohibición de la extradición, se ha dado un acercamiento entre el Gobierno y los liberales.

De por medio han estado los expresidentes César Gaviria y Uribe. Un primer acercamiento se dio por parte de la senadora uribista Paloma Valencia, quien buscó a Gaviria para que su partido apoye ese tema.
Luego se dio una reunión, larga, entre el expresidente liberal y la ministra Nancy Patricia Gutiérrez. En las últimas horas se produjo una cita entre el presidente Duque y el jefe liberal.

Un senador uribista, muy cercano a Duque, aseguró que “el tema de la llegada del liberalismo está muy cercano”. En rumorología de estos momentos además se da como un hecho que cuando el Mandatario decida crear el Ministerio de la Ciencia, ley aprobada al cierre del año pasado, su primer titular será un ‘rojo’.

Para Duque es fundamental que llegue el liberalismo, más porque desde el 20 de julio el Presidente del Senado será de ese partido. Y si esa colectividad mantiene su independencia se repetiría lo de esta legislatura, que tendría un palo en la rueda para que avancen las iniciativas del Gobierno.

Un cambio más, que se insiste inminente, es la salida de la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez. Su relevo se mueve entre dos candidatos que son uribistas: El canciller Carlos Holmes Trujillo, porque con él, el Gobierno lograría el liderazgo político que no habría tenido Gutiérrez en el Congreso de la República y los partidos políticos.

El otro aspirante en el sonajero es Jaime Amín, actual consejero presidencial en Asuntos Políticos, que se ha movido muy bien en el Senado y la Cámara, incluso siendo mejor recibido que la ministra Gutiérrez.

La tercer cartera que podría tener un cambio sería la de Agricultura, cargo al que se rumora estaría llegando alguien de Cambio Radical, sin que sea un vargasllerista. Precisamente, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, en febrero, aseguró que él no tendrá relación alguna con el Gobierno y que si la misma se da, será con los congresistas de su partido.

El otro ajuste que habría analizado el Jefe del Estado sería en Planeación Nacional. Gloria Alonso, su actual directora, tan solo estaría esperando que sea aprobado el Plan Nacional de Desarrollo en el Congreso, tema por el cual se habría desgastado por la serie de ‘micos’ que se le han colgado a la llamada hoja de ruta del Gobierno Nacional.

¿Moción de censura?

Una razón más que pesaría para que el presidente Duque esté pensando en hacer pronto un reajuste en su equipo de gobierno son los rumores de una moción de censura a alguno de sus ministros, como por ejemplo a la de Justicia, Gloria María Borrero o al de Ambiente, Ricardo Lozano.

La moción de censura es la figura constitucional que hasta ahora no se ha aplicado en lo corrido de los 28 años de vigencia de la carta política, y la misma permitiría que el Congreso de la República vaya por la ‘cabeza’ de uno de los ministros del gabinete.

La misma ya la han pensado en la oposición y en sectores del liberalismo para que se tramite en la Cámara de Representantes, en donde fue evidente, luego de la votación de las objeciones, que el Gobierno no tiene las mayorías.

Con una reforma reciente, se señala que si la mayoría calificada de una de las cámaras (Senado o Cámara) aprueba la moción, se debe ir el ministro.

Antes era que ambas corporaciones debían tener esa mayoría.
De tomar fuerza esa idea, habría mucha posibilidad de que uno de los ministros de Duque pudiera caer, lo que agravaría la crisis de gobernabilidad que afecta su mandato.

Esta posibilidad apuraría algunos cambios en las carteras.

AHORA EN Política