¿Y el Estado de Derecho?

“Ayuda, urgente, urgente, camino a Sinaí van paramilitares que se hacen llamar disidencias de la estructura Carlos Patiño”.

Con ese llamado de auxilio y varias fotos que mostraban la presencia de hombres armados en sus corregimientos, los habitantes de la zona rural de Argelia, en el Cauca, contaron lo que sucedía en su pueblo.

Como si fueran un Estado distinto o un ejército de ocupación, miembros de las disidencias de las Farc se paseaban por el lugar, atemorizando a la población y, según las denuncias, con la intención de llegar a zonas donde se concentran los reinsertados.

No es la primera vez que ocurre; una situación similar se presentó a mediados de abril y son frecuentes los enfrentamientos entre grupos criminales comprometidos de la guerra que libran el Eln y esas disidencias por el control de los cultivos ilícitos y las rutas del narcotráfico.

Son la muestra alarmante y reiterada de la cultura mafiosa que trata de conservar su poder en el sur de Colombia mediante la intimidación, la violencia y los cultivos ilícitos.

Incursiones como las que se están presentando en Argelia o la violencia producto del narcotráfico e impuesta por grupos armados en el Cauca y en general en el litoral Pacífico, son inaceptables.

Y tanto el Gobierno como la Fuerza Pública deben hacer lo necesario para imponer el orden constitucional, proteger a la población y perseguir a los criminales.