¿Violencia o fútbol?

El asesinato cometido por dos individuos que apuñalaron a otro, quien portaba una camiseta de su equipo, es la reiteración del mal que destruye la afición al fútbol en Colombia.

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9 de feb de 2020, 11:55 p. m.

Actualizado el 26 de abr de 2023, 01:13 p. m.

El asesinato cometido por dos individuos que apuñalaron a otro, quien portaba una camiseta de su equipo, es la reiteración del mal que destruye la afición al fútbol en Colombia.

Nada puede justificar que un hincha o fanático de una divisa, o como quiera llamarse, le quite la vida a otro ser humano en plena vía pública como ocurrió el pasado sábado antes del partido entre los equipos de Cali.

Hechos como esos son la negación del espíritu que inspira al deporte y se transforman en una amenaza social que aleja a los aficionados de los estadios.

Por fortuna, los hechos fueron grabados y la Policía actuó con rapidez para capturar a los asesinos que se fueron para el estadio de Palmaseca después de cometer la atrocidad.

Al fútbol colombiano hay que rescatarlo de ese ambiente sombrío en que se encuentra, aprisionado por agrupaciones denominadas barras bravas que despliegan el terror para respaldar a los equipos, y por individuos que cometen todas las fechorías posibles a nombre de una divisa.

También es necesario que el Estado se haga presente en los colegios y escuelas para enseñar que el deporte es un motivo de unión y esparcimiento y no la oportunidad para destruir la sociedad o atacar a los rivales.

De lo contrario, los equipos de fútbol de nuestro país seguirán perdiendo adeptos mientras la noticia sea los hechos de sangre y no los triunfos deportivos.

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