Trato miserable
Es inaceptable que un país restrinja la entrada de sus connacionales y los maneje como objetos que deben esperar la apertura de la frontera a criterio de quienes detentan el poder.
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7 de jun de 2020, 11:55 p. m.
Actualizado el 25 de abr de 2023, 07:06 p. m.
Es inaceptable que un país restrinja la entrada de sus connacionales y los
maneje como objetos que deben esperar la apertura de la frontera a criterio de quienes detentan el poder.
En ese punto están miles de venezolanos que quieren regresar a su país y están varados en los pasos fronterizos porque el régimen de Nicolás Maduro decidió limitar a tres días de la semana y a no más de 300 personas el número de quienes pueden ingresar en cada jornada.
Según migración Colombia, hay 70.000 ciudadanos de la nación vecina que han optado por el retorno.
Ellos hacen parte de los casi dos millones de venezolanos que fueron expulsadas por la dictadura, debieron ir a buscar un futuro mejor en los países vecinos y ahora regresan por el cierre que produjo el coronavirus en Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Brasil.
Ahora enfrentan una tragedia peor al tener que regresar a una nación que no tiene agua, ni servicios de salud, ni recursos para atender la pandemia.
Y en lugar de abrirles los brazos, la dictadura los trata como extranjeros, negándoles los derechos inherentes a su nacionalidad.
Pero eso sí, entre tanto Maduro y su régimen les dan tratamiento especial a los integrantes del Eln, de las disidencias de las Farc y los narcos que usan el territorio de Venezuela como refugio para evadir la justicia internacional que los busca por terrorismo y por los crímenes que han cometido.
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