Terrorismo puro

Cinco heridos, muerto quien manipulaba los explosivos, atentados contra el helicóptero de la Policía Metropolitana, destrucción de buses del MÍO y el amedrentamiento de quienes transitaban por la zona.

Ese es el resultado que dejaron el pasado miércoles los encapuchados que se acostumbraron a tomarse la Universidad del Valle y a utilizarla como base desde la cual lanzar sus ofensivas terroristas.

La motivación de semejante ataque estuvo en la supuesta protesta por la muerte de la persona que también perdió la vida al explotarle en las manos una cantidad indeterminada de explosivos con la cual fabricaba papas bomba.

Y todo ello se produce a pesar de que los terroristas han sido identificados y denunciados, no obstante lo cual, la justicia no ha actuado contra ellos y en defensa de la sociedad.

El ataque coincide con los graves desafíos que para las instituciones significa la toma de la carretera entre Cali y Popayán y los retos que ello significa para el orden jurídico y la convivencia.

La Universidad del Valle no puede seguir expuesta a los actos antisociales de quienes usan la autonomía universitaria para cometer sus tropelías.

Y Cali no puede seguir siendo víctima del terrorismo que se escuda en la protesta social para cometer actos que en cualquier parte del mundo tienen una respuesta oportuna y contundente de la autoridad.