¿Sólo especulaciones?

Las denuncias sobre las interceptaciones a la Corte Constitucional y a sus magistrados están, hasta el momento, en el campo de las especulaciones.

Pero desde que se conoció la situación la semana anterior, los señalamientos no han parado.

Primero se acusó al gobierno de los Estados Unidos como presunto autor de las ‘chuzadas’, por los intereses que tendría sobre asuntos que se discuten en Colombia: la lucha contra el narcotráfico, el uso del glifosato y las objeciones a la JEP.

Luegó se acusó a los involucrados en el llamado ‘Cartel de la toga’, con el exfiscal anticorrupción Luis Gustavo Moreno y el exmagistrado Leonidas Bustos a la cabeza, por los procesos que llevan en su contra.

Y ayer la Fiscalía General de la Nación habló de organizaciones criminales o de una red menor de corrupción, que pretenderían desprestigiar a la Corte Constitucional o conocer intimidades de sus magistrados para forzar la decisión sobre una tutela, con brujería incluida.

Para no caer en ese juego de las especulaciones, lo mejor que puede hacer el ente acusador es que si sabe algo con certeza lo haga público, o si no que guarde la prudencia con la que ha actuado la Presidenta de la Corte Constitucional frente a las denuncias.

Porque tanta incertidumbre demuestra la precariedad del Estado para detectar espionajes y chuzadas que atentan contra una Corte vital para el funcionamiento de la Justicia y de todas las instituciones en Colombia.