Solidaridad con la Fuerza Pública

Los soldados y policías del país ofrecen a diario su vida para proteger a los colombianos, combatir la delincuencia en sus diferentes expresiones y defender el territorio nacional.

Por ello es necesaria la solidaridad con esos servidores públicos cuando ocurren atentados como el cometido el domingo en Tame, Arauca, donde dos explosivos estallaron al paso de un convoy militar.

Como consecuencia, cuatro soldados murieron y ocho más quedaron heridos.

Lo sucedido en Arauca, donde delinquen el ELN, disidencias de las Farc, y Bandas Criminales, es la demostración de la fiereza con que actúa la delincuencia organizada en Colombia y cómo recurren al terrorismo de forma indiscriminada.

Esa es su reacción para impedir la acción de las Fuerzas Armadas y de paso sembrar el temor que lleva a muchos a exigir negociaciones a cualquier costo con los terroristas.

Contra ataques infames como el de Arauca y los que a diario se realizan en las regiones para mantener los imperios de miedo y delincuencia es necesario la voz de protesta de los colombianos y el rechazo a quienes sólo piensan en el crimen y en causar daño a cualquiera que se les oponga.

Y la solidaridad con la Fuerza Pública y con cada uno de los soldados y policías que ofrendan su vida para llevar tranquilidad y preservar el orden en Colombia.
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