¿Para cuándo?
El tren del Pacífico es una de las grandes frustraciones del Valle. Hace 20 años, cuando se rehabilitó la línea del ferrocarril entre Cali, Buenaventura y la Tebaida en el Quindío, y se entregó por primera vez en concesión, se pensó que ahí estaría una de las alternativas para movilizar carga y pasajeros en la región.
El tren del Pacífico es una de las grandes frustraciones del Valle.
Hace 20 años, cuando se rehabilitó la línea del ferrocarril entre Cali, Buenaventura y la Tebaida en el Quindío, y se entregó por primera vez en concesión, se pensó que ahí estaría una de las alternativas para movilizar carga y pasajeros en la región.
Después de ese tiempo no ha sido posible que funcione como estaba previsto y uno a uno sus operadores se han retirado del negocio.
Peor aún es que desde hace cuatro años el tren esté detenido y no ha sido posible liquidar el contrato actual.
Mejorar el transporte hacia el puerto de Buenaventura, por donde se mueve el 50% de la carga nacional, ha sido imposible de alcanzar.
Así como el tren está detenido, son más de diez años sin que termine la construcción de la doble calzada a Buenaventura.
Si Cali y el Valle pretenden tener un tren de cercanías y una buena conectividad entre el departamento, es fundamental poner a funcionar el transporte férreo.
No puede ser que desde Bogotá sigan sin tomarse las decisiones necesarias, no se asignen los recursos que se requieren y se continúen dejando inconclusos obras y proyectos esenciales para el Valle, que además benefician a todo el país.
Es otro ejemplo de la indiferencia del centralismo hacia la provincia colombiana, que tanto daño les causa a las regiones.