Orden a las cabalgatas

A las cabalgatas que aún se realizan en el Valle se les debe poner orden y las autoridades deben tomar las decisiones más convenientes para la comunidad.

Es innegable que estos desfiles ya no son los de antes, como tampoco lo son las urbes donde se mantienen como parte de sus fiestas.

Por ello son más frecuentes los riesgos y accidentes, como quedó en evidencia en Buga y Tuluá donde una mujer y su caballo murieron tras ser atropellados por un vehículo mientras varios animales sufrieron problemas de salud.

Situaciones como esas, en la que además se mezclan el alcohol y la intolerancia, llevaron a que Cali cancelara el desfile de caballos con el cual se abría su Feria decembrina, reemplazándolo con actividades culturales.

Si la Gobernación desea regular las cabalgatas debería consultar la opinión de las comunidades para tomar las decisiones que más convengan, y pensar tanto en los caballos como en la sociedad que quedan expuestos a riesgos innecesarios.

Y si no se pueden garantizar el orden, el bienestar de los animales y la tranquilidad de la población, es necesario acabar con esa actividad que está cada vez más lejos de ser el espectáculo seguro de antaño.