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El uso que los vendedores de drogas ilícitas le vienen dando a las redes sociales está convirtiendo las plataformas tecnológicas en otra amenaza.

Distribuidores de estupefacientes se han tomado la red para ofrecer drogas sintéticas y todo tipo de alucinógenos a través de la llamada ‘web profunda’.

Además de preocupante, el hecho debe llamar a la alerta porque su objetivo son ante todo jóvenes de bachillerato y universitarios.

Es de destacar el esfuerzo que han realizado las autoridades en Cali y que ha permitido la captura de diez personas realizando este comercio ilegal en lo que va del año, pese a las dificultades que plantea el mundo virtual para la persecución del crimen.

Sin embargo, lo que se conoce es que la amenaza es mucho más grande de lo que han podido detectar los investigadores de delitos informáticos.

Así las cosas, es necesario que haya denuncia de parte de padres y familiares que tengan indicios de algún ofrecimiento de drogas a través de las redes a sus hijos.

Y que las grandes empresas propietarias de redes sociales como Facebook, WathsApp e Instagram presten mayor atención a los usuarios y ayuden a controlar el uso de ellas, requisito indispensable para lograr una lucha efectiva contra el narcotráfico virtual.

Sobre todo porque la realidad muestra que para un padre de familia es casi imposible vigilar lo que hace su hijo dentro del incontrolable mundo virtual.