La zona rural olvidada

Las 650 familias que viven el corregimiento de Golondrinas, a cinco minutos de Cali, se cansaron de esperar a que el gobierno local cumpliera con la petición que llevan años haciéndole: pavimentar sus vías de acceso.

Con esfuerzos y a punta de vender lechona, almuerzos, realizar rifas y hacer sus aportes personales, poco a poco van reuniendo el dinero que se necesita para adecuar algunas de sus calles y empezar las marcas de huella en concreto en las entradas de varias zonas.

Así comienzan a solucionar algunas de las necesidades que tienen y de las cuales se han desentendido ésta y la mayoría de las pasadas administraciones caleñas.

Aunque Golondrinas está pegado a la ciudad, carece de vías transitables y también de servicios públicos en algunos sectores, mientras que el agua les llega a la mayoría de sus 2500 habitantes a través de tuberías artesanales e impulsada por motobombas, y de alcantarillado ni hablar.

Es claro que el Municipio no ha sabido responder a sus necesidades y como no hay respuestas la comunidad tiene que hacer, así sea de manera rústica, las obras esenciales.

Cuando se ven situaciones como la de este corregimiento, hay qué preguntar si es necesario destinar recursos a proyectos como el de recuperación de la Avenida Sexta, que le costará a la ciudad $60.000 millones, dineros que tendrían mejor destino si se utilizan para atender las carencias que hay en tantas comunidades caleñas.