La tenaza

El secuestro y asesinato del subteniente del Ejército Cristian Sebastián Calderón, ocurrido en el municipio de Sevilla el fin de semana anterior, es el ejemplo de la grave situación que se presenta en la Cordillera Central vallecaucana.

Desde hace meses se viene denunciando el regreso de organizaciones criminales al centro y el norte del Departamento, en lo que sería un intento por retomar el control en territorios clave que hace años fueron asolados por grupos guerrilleros, paramilitares y del narcotráfico.

El crimen del militar lo habría cometido una columna disidente de las Farc llamada ‘Adán Izquierdo’, que junto con la ‘Jaime Martínez’ y la ‘Dagoberto Ramos’ harían parte de un comando liderado por alias Gentil Duarte que operaría en esta parte del país.

Serían esos grupos los causantes de los hechos violentos, los secuestros y las vendetas que ahora se están evidenciando en zona rural de municipios como Tuluá, Buga y Sevilla, sembrando el miedo entre sus habitantes.

Es una especie de tenaza de violencia que se va extendiendo por las cordilleras vallecaucanas y recuerda las épocas de terror que se creían superadas y al parecer regresan.

El asesinato del subteniente Calderón no puede quedar impune, y a su familia hay que manifestarle la solidaridad y el rechazo de todos los colombianos por lo ocurrido.

A quienes pretenden imponer otra vez la ley del miedo en la región hay que perseguirlos e impedir que consigan sus propósitos, mientras las autoridades deben garantizar que esa amenaza no regresará.
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