La revolución de las canas

Las decisión de aislar a los mayores de 70 años de edad hasta el 31 de agosto próximo tiene buenas intenciones.

Al decretar su aislamiento se busca protegerlos por ser población con alta vulnerabilidad, donde más riesgos se presentan y con la mayor tasa de fallecimientos por el Covid-19.

Pero también es cierto que está produciendo reacciones entre quienes sienten menoscabados sus derechos a la libertad de locomoción y al trabajo que muchas de esas personas deben o quieren realizar.

Como lo han expresado quienes lideran la llamada ‘revolución de las canas’, la mayoría de quienes superan ese límite aún son activos, gozan de buena salud y son la más conscientes del cuidado que se debe tener para evitar el contagio.

En la tutela presentada por un grupo de personas entre los que se cuentan exministros, excandidatos presidenciales, empresarios, académicos y periodistas, se argumenta la violación de sus derechos fundamentales y el desconocimiento a su capacidad para tomar sus propias decisiones.

Sin entrar en discusiones jurídicas, hay que pensar si no es hora de aliviar las restricciones y poner a los mayores de 70 en igualdad de condiciones con el resto de los colombianos.

Ello no significa que se les descuide o que se dejen de aplicar las sanciones cuando incumplan con las disposiciones para su cuidado y el de su entorno.

Abrirle el espacio a los mayores es devolverles su autonomía, reconocer su sapiencia y darles el espacio que reclaman, así sean las personas con mayores riesgos.