La crisis eterna

Si un hospital factura $6400 millones mensuales por la prestación de sus servicios pero de ese monto apenas recauda $1700 millones, está encaminado irreparablemente hacia el colapso financiero.

Esa es la ruta por la que transita desde hace años el San Juan de Dios, el hospital más antiguo de Cali, que afronta una de sus crisis más graves desde su fundación hace 269 años.

No es la primera vez que la entidad se encuentra al borde del cierre porque sus deudores no le cumplen y a su vez ella no puede responder por sus obligaciones básicas, como pagar el salario de los trabajadores a quienes ya les debe seis meses de sueldo, o los suministros que necesita para prestar sus servicios.

El resultado es que hoy no tiene como recibir al centenar de personas que llegan a diario a sus instalaciones esperando que se les brinden los cuidados médicos que requieren.

La del San Juan de Dios es la historia que se repite en la red hospitalaria del país: un déficit acumulado que se deriva sobre todo de los dineros que les adeudan las EPS por la atención de pacientes del régimen subsidiado.

Por ello, mientras no se concrete la reforma que demanda el sistema de salud en Colombia, no habrá solución a la vista.

Y hospitales como el San Juan de Dios, que ha sobrevivido a tres siglos de historia o a tragedias como la explosión del 7 de agosto de 1956 en el centro de Cali que afectó sus instalaciones, tendrán que cerrar sus puertas.