¿Hasta cuándo?

Pese a que el primero de noviembre de este año el presidente Duque anunció la llegada de 1.200 soldados y 35 policías especializados para fortalecer la seguridad en Buenaventura, la violencia y criminalidad no dan tregua.

Los enfrentamientos entre grupos armados ilegales que se presentaron esta semana, demuestran que la seguridad no se mejora con anuncios, sino con hechos.

Las balaceras, que se extendieron desde la noche de este martes hasta la mañana del miércoles en las comunas 10 y 12 de Buenaventura, dejaron cuatro muertos y a toda una población sumida en la zozobra.

Y aunque la Policía hizo presencia en el lugar para restablecer el orden, ellos también fueron atacados por estos delincuentes mientras realizaban la inspección a un cadáver.

Ante estos sucesos, las autoridades municipales hicieron un Consejo de Seguridad extraordinario en el que se decidió suspender, durante dos días, las clases de los 41 colegios públicos del Puerto, resultando afectados 50.000 estudiantes.

La situación de seguridad es tan grave en Buenaventura que la gente ya no puede salir de su casa y, ahora, ni siquiera los estudiantes pueden asistir al colegio.

Mientras no sean desterrados los criminales que abundan en Buenaventura, su población no podrá recuperar la tranquilidad y todos los anuncios oficiales no servirán para detener la violencia que la agobia.
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