El respeto a la autoridad

Los guardas de tránsito son funcionarios civiles a quienes el municipio les ha encargado algo tan importante como imponer el orden en la circulación de vehículos y en la convivencia ciudadana necesaria para garantizar la movilidad.

Por ello lo que está pasando en Cali parece inconcebible: a los agentes se les irrespeta, son víctimas de agresiones y reciben ataques en el cumplimiento de su labor.

La situación ha llegado al tal extremo que los funcionarios piden el acompañamiento de las Fuerzas Militares para realizar su trabajo con seguridad.

Es inaceptable que en una comunidad civilizada los guardas de tránsito estén expuestos a hechos como los que se presentan durante los operativos de control que se realizan en la vía al mar.

Según las denuncias, los guardas han sufrido golpes, atropellos, robos y destrucción de sus elementos de trabajo.

Y todo por intentar poner orden a cientos de motos y vehículos que se citan en la carretera para realizar carreras ilegales, interrumpen el tráfico y generan caos.

Es el desconocimiento de la autoridad necesaria para que una sociedad conviva en paz, armonía y orden.

Si ese principio se ignora y los guardas de tránsito de Cali continúan siendo blanco de los agresores por cumplir con su trabajo, la alternativa será entregar esa función tan importante para una ciudad a la Policía Nacional.