El desastre en el Perú

Un evento fortuito con consecuencias ambientales, económicas y sociales incalculables; así se puede resumir el desastre ecológico que sufre el Perú hace 20 días.

El suceso empezó lejos de sus costas, a 10.000 kilómetros de distancia, cuando el volcán Tonga hizo erupción y el tsunami que provocó llegó al Pacífico suramericano.

La marejada coincidió con la descarga de petróleo que realizaba un buque cisterna en la refinería de la isla Guaneiros, ubicada en el Callao a 20 kilómetros de Lima, produciendo el derrame de once mil barriles de crudo.

Ante la incapacidad de responder rápidamente a la emergencia los efectos se sintieron de inmediato en varias zonas de reserva natural situadas en un radio de 140 kilómetros...

Desde entonces miles de aves han muerto ahogadas en la mancha negra, lo mismo ocurre con peces, crustáceos y mamíferos como nutrias y focas que viven en las islas y playas afectadas.

A ello se suma el impacto económico y social para los pescadores artesanales que subsisten de lo que les provee el mar y llevan tres semanas sin salir a las faenas.

La falta de respuesta oportuna y las acusaciones contra la petrolera por ocultar información han llevado a la detención de altos funcionarios de la empresa.

El derrame aún incontrolado deja daños irreparables y sus efectos repercutirán por décadas en una de las regiones con mayor riqueza natural en el Pacífico suramericano.

La pregunta es cómo y quién responderá por esa tragedia de dimensión aún desconocida.