El camino de la impunidad

La posibilidad de que Salvatore Mancuso responda por los crímenes que se le atribuyen en Colombia es cada vez más remota tras la decisión de un juez de Estados Unidos de deportarlo a Italia luego de cumplir la condena que se le aplicó en ese país.

Mancuso fue el jefe de la más grande organización paramilitar, causante de miles de crímenes, al que se le acusa de haber cometido 138 masacres en las cuales murieron 800 colombianos y responsable de incontables desplazamientos y miserias.

Por ello, el Estado colombiano debió hacer lo que fuera necesario para devolverlo al país a que diga la verdad y responda por las innumerables fechorías que cometió.

Sin embargo, algo pasó y su extradición no fue posible, lo que exige que se fijen las responsabilidades por las omisiones que impiden traer a Mancuso a Colombia.

Es lo mínimo que esperan quienes fueron sus víctimas, las familias de aquellos a quienes desapareció y los que lo perdieron todo en la guerra que desató el jefe paramilitar.

Lo que no sucederá ahora que el juez estadounidense lo envía a Italia basado en su segunda nacionalidad.

Con ello le asegura gran parte de la impunidad de la cual gozará uno de los autores de la peor oleada de crímenes de lesa humanidad en Colombia y el mundo.