Desperdicio absurdo

El mundo produce suficiente comida como para alimentar a 10.000 millones de personas aunque hoy en el planeta habitan 7500 millones.

Lo paradójico es que pese a ese superávit hay 820 millones de seres humanos que pasan hambre, y peor aún es que podrían ser alimentados con la cuarta parte de las 1300 millones de toneladas de comida que se desperdician al año.

Solucionar un problema que no tendría por qué suceder en el Siglo XXI, era de la globalización y de los adelantos tecnológicos, es tarea que empieza por tomar conciencia.

Comienza por mejorar las cadenas productivas para que desde la siembra, el transporte y la conservación se consiga el menor derroche de alimentos.

Y pasa por construir políticas internacionales que permitan apoyar a aquellas naciones con mayores índices de pobreza o multiplicando investigaciones como las que realiza el Centro Internacional de Agricultura Tropical, Ciat, ubicado en Palmira, para lograr semillas más resistentes y productivas que permitan alimentar a más gente.

El compromiso empieza por los hogares, donde se desperdician 50 toneladas de comida que cada segundo se botan a la basura en el mundo; ¿o acaso usted no desecha la fruta magullada o deja vencer alimentos que compra?

El costo de despilfarrar el 34% del total de la comida que se produce es de un billón de dólares al año.

Dinero de sobra para darles de comer a esas 820 millones de personas que pasan hambre y padecen por la indiferencia del resto de la humanidad.