Contra la esclavitud

Es increíble que en el Siglo XXI no exista aún la decisión para acabar con un delito tan aberrante y degradante como la trata de personas.

Y que en una época en la que la humanidad ha progresado tanto, se sigan presentando casos de esclavitud sexual, explotación laboral y matrimonio servil.

Quizá ningún país como Colombia ha desarrollado un esquema tan completo de instituciones para prevenir que la gente caiga en estas formas de esclavitud. Pero no ha sido suficiente.

Pese a las múltiples campañas, Naciones Unidas reveló que en el país se han presentado en los últimos tres años un promedio de 225 denuncias por año relacionadas con la trata de personas.

De esos casos 36 corresponden al Valle del Cauca y 17 fueron de personas recogidas en Cali.

Lo peor de todo es que las cifras son engañosas porque se estima que por cada caso denunciado en el mundo hay 20 más sin identificar, según la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito.

Personas, en su mayoría mujeres, que siguen creyendo en ofertas laborales en el extranjero con todos los gastos pagos y unos salarios millonarios y que terminan en redes de esclavitud sexual.

La gente tiene que aprender a identificar los riesgos y la sociedad debe hacer lo necesario para evitar que en pleno Siglo XXI siga existiendo un mercado de compra y venta de seres humanos.