¿Balance positivo?

Si algo puede destacarse del pasado viernes, es la comprometida y eficaz labor de las autoridades en Cali para tratar de impedir que el Halloween se convirtiera en el generador de un rebrote del Covid-19 en la ciudad.

Y si algo debe rechazarse son los intentos, casi todos frustrados, por realizar eventos a los cuales se invitaban a miles de personas a participar sin tener en cuenta las medidas creadas para proteger la salud de todos los caleños.

Durante toda la semana, tanto los voceros de la Policía Metropolitana como del gobierno local hicieron llamados para evitar las caravanas y fiestas que se convocaron para celebrar lo que, se dice, es la fiesta de los niños.

El pasado viernes se movilizaron por toda la ciudad funcionarios de la Alcaldía, miembros del Ejército, de la Policía, de los organismos de salud y de la Fiscalía, para tratar de controlar las fiestas que se podían convertir en epicentros de contagio.

Hoy se conoce que cuatro desfiles fueron intervenidos, que se detuvieron varias fiestas con más de doscientas personas a la cual asistieron menores de edad y se impusieron cuatrocientos partes a quienes organizaron y participaron en esos eventos.

En unas pocas semanas, se sabrá cuál es la consecuencia en número de contagios y de muertes producida por ese afán inexplicable de desconocer medidas dirigidas a proteger a los caleños, incluidos los participantes en las rumbas.