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La deuda de Argentina

"Así se produce el llamado ‘default técnico’. Es decir, no se honra la deuda renegociada a pesar de que los dineros fueron consignados con oportunidad. Y Argentina queda al descubierto por una orden judicial, que, además de producir esa cesación de pagos puede llevar a que se desconozca el acuerdo que redujo la deuda original, lo que significará revivir acreencias por US$90.000 millones".

1 de agosto de 2014 Por:

"Así se produce el llamado ‘default técnico’. Es decir, no se honra la deuda renegociada a pesar de que los dineros fueron consignados con oportunidad. Y Argentina queda al descubierto por una orden judicial, que, además de producir esa cesación de pagos puede llevar a que se desconozca el acuerdo que redujo la deuda original, lo que significará revivir acreencias por US$90.000 millones".

Luego de años de forcejeos y persecuciones, le llegó el momento definitivo al Gobierno de Argentina sobre su deuda impagada. Aunque muchos pensaron que con los arreglos que se lograron en el pasado era suficiente, la actitud de quienes insistieron en cobrar la totalidad de las acreencias no negociadas llegó a manos de un juez en Nueva York.Y se produjo lo que se temía en Buenos Aires. El trasfondo del asunto está en la quiebra que vivió el país austral en el año 2001, cuando debió declarar su incapacidad de pagar una deuda superior a los US$100.000 millones, lo cual obligó a sus acreedores a renegociar los compromisos, rebajando su monto para conseguir salvar algo de las pérdidas. Desde entonces, Argentina ha venido cumpliendo sus obligaciones, a pesar de las dificultades que ha vivido en los últimos dos años.Pero no alcanzó a negociar el 100% de su deuda porque los tenedores del 7% de ella se negaron a aceptar la pérdida, prefiriendo jugársela en los tribunales de la capital del capitalismo mundial. De ahí que Argentina haya debido afrontar el embargo del navío insignia de su marina en un país africano. Y que la Presidenta haya tenido que viajar en vuelos privados para evitar el decomiso del avión presidencial. Fue el resultado de la acción de los fondos que manejan la deuda no renegociada, que persisten en obligar a pagarla en su totalidad con los respectivos intereses. Esos fondos son constituidos por inversionistas que compraron los títulos originales con descuentos enormes y hoy esperan una ganancia gigantesca si, como todo está indicando, el juez Thomas Griesa mantiene su orden de pagar US$1.000 millones a esos ‘fondos buitre’, como los denominaron funcionarios argentinos. Y más grave aún si mantienen congelados los 539 millones que Argentina consignó en un banco de Nueva York para cumplir sus obligaciones normales con los tenedores de títulos renegociados.Así se produce el llamado ‘default técnico’. Es decir, no se honra la deuda renegociada a pesar de que los dineros fueron consignados con oportunidad. Y Argentina queda al descubierto por una orden judicial, que, además de producir esa cesación de pagos puede llevar a que se desconozca el acuerdo que redujo la deuda original, lo que significará revivir acreencias por US$90.000 millones. Con lo cual puede producirse un cataclismo en el país de Cristina Kirchner, con repercusiones en la comunidad financiera internacional. De hecho, ya algunas de las principales calificadoras de riesgo ordenaron activar los seguros, señal de que la consideran perdida.Y para completar, no ha sido posible que los ‘fondos buitre’ acepten negociar sus acreencias con bancos respetables de los Estados Unidos o con los banqueros argentinos conscientes del riesgo que padece la economía de su país. Es la trampa en la que ha caído Argentina a causa del endeudamiento sin límites de hace 20 años, de su incapacidad de pagarlo y la confianza de sus gobernantes en que el default de entonces los protegería de los golpes que hoy padece a manos de especuladores internacionales que saben usar la ley y los jueces para su beneficio.

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