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Falcao, orgullo colombiano

Hacía mucho tiempo, Colombia no tenía un ídolo deportivo de estas dimensiones. No es una exageración afirmarlo. Falcao hace sentir orgullosos a los colombianos no sólo por lo que construye dentro de las canchas, sino por lo que significa fuera de ellas.

11 de mayo de 2012 Por:

Hacía mucho tiempo, Colombia no tenía un ídolo deportivo de estas dimensiones. No es una exageración afirmarlo. Falcao hace sentir orgullosos a los colombianos no sólo por lo que construye dentro de las canchas, sino por lo que significa fuera de ellas.

La foto de Radamel Falcao García apareció ayer en todos los periódicos y noticieros del mundo entero. Colombia fue noticia de primera plana, gracias al talento y los goles de un hijo suyo, de 26 años de edad.El fútbol, como pocas otras actividades, tiene esa particularidad. Se vuelve una religión universal que contagia a todos, sin importar razas, idiomas ni clases sociales, y los funde en un solo grito de júbilo o lágrimas de tristeza. Hasta los más ajenos a este deporte terminan contagiados de esa fiebre colectiva. Y así nunca hayan ido a un estadio, hoy todos los colombianos saben quién es Falcao.Hacía mucho tiempo, Colombia no tenía un ídolo deportivo de estas dimensiones. No es una exageración afirmarlo. Falcao hace sentir orgullosos a los colombianos no sólo por lo que construye dentro de las canchas, sino por lo que significa fuera de ellas. Son muchas las estrellas que brillan en los campos de juego, pero se oscurecen cuando salen de allí. Deportistas a los que enceguece la fama y terminan creyéndose los dueños del mundo. Por fortuna, Falcao no es uno de ellos. Esa humildad que lo caracteriza y esa fe cristiana que evidencia cada vez que marca un gol, van a llevarlo mucho más lejos de donde está hoy. Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y Falcao García son, actualmente, los futbolistas más cotizados en la vitrina internacional. Sin duda. No cualquier jugador consigue dos años consecutivos ser campeón de la Liga Europa y llevarse el botín de goleador. Y Falcao lo logró. Quedó inscrito en la historia como el único dueño de esa gesta, por encima de las rutilantes figuras del fútbol europeo.Por él, por Falcao, por sus regates, sus goles y sus récords en las canchas, Colombia tiene que sentirse hoy feliz. Gente como él llenan de orgullo al país. Lo hacen ubicarse en primera plana en el mundo entero de una forma positiva y le muestran al mundo el rostro amable de un país tantas veces estigmatizado. También allí, en los estadios, los colombianos son capaces de producir noticias de primer orden con trazos de genialidad, como los dos goles que le marcó Falcao el miércoles al Athletic de Bilbao en Bucarest.Y vendrán mejores cosas para Falcao. Su ascenso en el fútbol ha sido grandioso: del River Plate al Oporto; del Oporto al Atlético de Madrid y del Atlético de Madrid quién sabe adónde, pero grandes clubes como Real Madrid, Barcelona, Chelsea, Manchester City y Juventus lo tienen en la mira. Cada año hace más goles. Cada año brilla más. Cada año rompe más récords. Cada año gana más títulos.El número 9, el que luce Falcao en su espalda, lo querrán tener ahora muchos más niños en sus camisetas, tratando de emular las fintas y los goles del ídolo que más alegrías le ha traído al fútbol colombiano.Las hazañas de este joven samario trascienden el ámbito deportivo y se constituyen en ejemplo para las nuevas generaciones de compatriotas. Ojalá la lección de constancia, de lucha y de trabajo de este buen colombiano, cunda para que en el futuro próximo muchos nuevos Falcaos ayuden a engrandecer el país.

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