El pais
SUSCRÍBETE

Sin vergüenza

Oportunistas, sin vergüenza alguna. Todos, capaces de vender al diablo las almas de quienes caen en la inocencia de creerles.

17 de octubre de 2021 Por: Vicky Perea García

Los asesinatos del joven de 18 años y el menor de 12 ocurridos hace unos días en Tibú, Norte de Santander, sirven para demostrar la degradación a la que hemos llegado como sociedad.

Esos homicidios, como supuesto castigo a intentos de robo en un local comercial, no son más que una muestra de barbarie primitiva. No significan justicia, tampoco expiación. Son linchamientos, nada más que repudiable mano propia.

¿Los mataron por ser inmigrantes? ¿Cómo es que los asesinos se apoderaron con suficiente tiempo de sus víctimas, mientras la Policía brillaba por su ausencia? Preguntas aún sin respuesta. Ya se sabe el desenlace: horas después ambos jóvenes aparecieron amarrados, con disparos que les causaron la muerte y letreros que les señalaban de ladrones.

En este punto comienza otra historia. Porque los dos, ya muertos, dejan de ser parte de este inmenso éxodo para convertirse en presa codiciada de todo tipo de intereses políticos.

Por ejemplo, Gustavo Petro puso esto en su cuenta de Twitter: “La Policía del Norte de Santander me llevó a la emboscada donde me iban a asesinar en la campaña presidencial del 2018. Hoy el asesinato de estos niños demuestra que el Estado en Tibú está al servicio del paramilitarismo y el crimen”. Es decir, la triste suerte de esos dos menores le sirve a él para contarnos el riesgo que entonces vivió. Nada raro, ese es el mundo en que habita el enfermizo superego de Petro.

Peor aún es el trino de su amigo y copartidario Gustavo Bolívar. “Hasta anoche los cuerpos de los 2 niños seguían sin ser reclamados en la morgue Cúcuta. ¿Para qué putas traen hijos al mundo si los abandonan y más en países donde los gobernantes viven más pendientes del poder, el saqueo y las siguientes elecciones que de las personas vulnerables?”.
Bolívar revictimiza así a los familiares de los dos jóvenes. Luego ofreció disculpas, atribuyendo su salida a “la rabia (que) genera esta terrible situación”. Bolívar, le pregunto: ¿Esos accesos de “rabia” son frecuentes en usted? ¿Así legisla y así manejaría este país al lado de su jefe, si es que ganan las elecciones? Pongo en duda su ecuanimidad que, en teoría, es lo que se espera de un gobierno. Por supuesto, este Gobierno, el actual que tenemos, tampoco lo es, pero ese es otro tema.

Leña con los despojos de los dos chicos también hace el régimen de Nicolás Maduro. Con base en el caso dice que denunciará a Iván Duque ante la Corte Penal Internacional. Curioso que lo haga ahora. Porque si en verdad le interesara su gente, debería haberse preguntado por ella hace rato. Según Codhes, entre 2015 y 2020 han sido asesinadas en Colombia 1933 personas de origen venezolano. Y de enero a agosto de este año ya iban 362.

Y como esto de la polarización suele ser una pelea barriobajera, desde el otro extremo se hace fiesta porque la Policía salió a las pocas horas de los crímenes a decir que los autores son “las disidencias de las Farc”. Es posible: son capaces de eso y cosas peores. Aunque también pudieron ser el Eln o ‘Los pelusos’, o cualquier banda criminal de las que se mueven allí a sus anchas.

En realidad, lo que les importa es aprovechar la memoria fresca de lo que pasó con los dos pelados para echar agua sucia sobre el Acuerdo de La Habana. Por lo que no resulta casualidad que a una periodista le haya dado por decir, en medio de esta coyuntura, que las disidencias no son otra cosa que las mismas Farc, el partido político. Lo afirma como si nada, frente al cuadro de 290 excombatientes de esa guerrilla que se acogieron y cumplieron lo firmado, para luego caer muertos a manos de lo que Otto Morales Benítez llamó en su momento “enemigos agazapados de la paz”.

¿Ven ustedes cómo dos chicos se convierten en material de guerra para estos reyezuelos del engaño y la mentira? Oportunistas, sin vergüenza alguna. Todos, capaces de vender al diablo las almas de quienes caen en la inocencia de creerles.

Sigue en Twitter @VictorDiusabaR

AHORA EN Victor Diusaba Rojas