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Más que 120 policías

Buenaventura necesita que la miren y la determinen desde esos 2600 metros de altura en los que se eleva el Gobierno Central, e incluso desde los 1000 metros donde se aposenta la indiferencia departamental

9 de febrero de 2021 Por: Vicky Perea García

No. Con 120 policías más no se solucionan lo que sucede en Buenaventura. Eso, si acaso, es más de lo mismo: palmaditas condescendientes en la espalda, como para calmar los ánimos.

Porque allá, en la principal ciudad del Pacífico colombiano a la que se le debería tratar con respeto, nada cambia. Puede ser que con los policías prometidos por el Presidente, que ojalá lleguen muy rápido, mas la presencia de algunas decenas de soldados que patrullen las calles, se consiga desmantelar a esas bandas criminales que ahora se pelean por el control de la que sin duda es la joya de la corona, pero los problemas de fondo seguirán ahí, a la vista de todos e ignorados por los de afuera.

Claro, lo del orden público es prioritario para detener esa escalada de muerte que dejó en enero de este año 22 personas asesinadas en la ciudad, y para impedir que los bonaverenses tengan que huir, esclavos del miedo, con apenas lo que llevan puesto, tal como lo han mostrado los videos que circulan por las redes sociales. Y por supuesto hay que detener las extorsiones para que no se sigan cerrando negocios honestos o encareciendo los productos de primera necesidad en un municipio donde el 80% de sus habitantes viven en la pobreza casi absoluta.

Sí, para eso, para tomar decisiones como la de destinar más Fuerza Pública sirven los consejos de seguridad como el organizado el domingo por el Gobierno Nacional y la Gobernación del Valle, por demás tardío, porque las alertas de lo que estaba pasando comenzaron hace semanas en voz de sus ciudadanos, del obispo Rubén Darío Jaramillo y de la Defensoría del Pueblo, pero se necesitó que la etiqueta #SOSBuenaventura se volviera viral para que al fin le pararan bolas.

El problema es que esos consejos de seguridad son más de lo mismo y nada de las decisiones de fondo que se necesitan. Aunque para ser realistas, cuando se han prometido soluciones definitivas, estas tampoco llegan. O que nos cuenten qué tanto se ha concretado de los compromisos hechos con el Comité del Paro Cívico, porque se habla de inversiones por 2,5 billones de pesos, se asegura que hay 177 proyectos definidos y que este año, cuatro después de que se instaló esa mesa, por fin empezarán a ver la luz.

Como lo demuestra la actual situación, todo sigue igual para la gente de Buenaventura. Es una rueda que gira y gira, en la que están atrapados sin poder salir esos 500 mil seres humanos que hasta ahora le van perdiendo la guerra a la vida porque han sido golpeados por la insensibilidad de una nación, por la corrupción que se les lleva desde el principio de los tiempos y de frente sus dineros públicos, por el narcotráfico y el contrabando que los mata, y porque generándole multimillonarios recursos al país como el primer puerto de Colombia que es, se les niegan las oportunidades.

Ni salud, ni educación, ni servicios públicos, ni trabajo, ni tranquilidad. Nada tienen hoy los bonaverenses. Tampoco hay esperanzas de cambio mientras las soluciones a sus múltiples problemas salgan de un consejo de seguridad, repetido casi con calco cada vez que el peligro acecha; o de unos comités que se instalan y se demoran años en concretar sus propuestas, eso siempre y cuando lo hagan.

Buenaventura necesita hoy mucho más que 120 policías extras e incluso más que esos $2,5 billones prometidos en el 2017 y que aún no llegan. Buenaventura necesita que la miren y la determinen desde esos 2600 metros de altura en los que se eleva el Gobierno Central, e incluso desde los 1000 metros donde se aposenta la indiferencia departamental y desde ese nivel del mar en el que se hunden o se han hundido sus sucesivas administraciones municipales.

Ojalá el #SOSBuenaventura sea más que la moda de un día; ojalá se escuche como el grito desgarrador que al unísono lanzan 500 mil voces desesperadas, que no aguantan un minuto más el abandono y el olvido.

Sigue en Twitter @Veperea

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