Tulio: Cali no es América

Tulio Gómez ha demostrado ser un hombre sensato e inteligente. Por eso tengo la esperanza que no se deje tentar por los lambones que le andan calentando la cabeza con el cuento que él es la persona que Cali necesita para ser su Alcalde.

Tulio, como todos los integrantes de la colonia paisa asentada en Cali, me merece el mayor de los respetos. Como la mayoría de esos paisas emprendedores, Tulio llegó muy joven a Cali y aquí, a punta de esfuerzo y sagacidad construyó un emporio.

Comenzó vendiendo frutas en las galerías de Santa Elena y La Floresta y fue creciendo hasta que montó un supermercado al que le fue muy bien. Una de las claves de su éxito, y así se promocionaba el Superinter, es que vendía carne de excelente calidad a buen precio.

Ese pequeño supermercado pronto se convirtió en una cadena que le competía de tú a tú a La 14, al Éxito y a todos los ‘monstruos’ del ‘retail’ de la región y del país. Ese fenómeno fue percibido por almacenes Éxito que adquirió la cadena Superinter.

Luego, Tulio se puso al frente del América, equipo que adquirió relativamente barato porque estaba en la inmunda. De la mano de Tulio, el América regresó a la A y obtuvo dos campeonatos. Por eso, los hinchas americanos lo adoran.

En Cali, el América debe tener no menos de un millón de seguidores, y todos están dispuestos a apoyar a Tulio en lo que él se proponga. Si quisiera ser rey de España o presidente de Estados Unidos, esa masa de hinchas rojos lo respaldaría.

Por eso, el solo anuncio de su intención de ser candidato a la Alcaldía de Cali sacudió la campaña. A no dudarlo, si efectivamente postula su nombre, Tulio Gómez tendrá grandes posibilidades de imponerse en los comicios de octubre.

Lo que no significa que, en estos momentos, sea la persona adecuada para gobernar a Cali. Con todo respeto, Tulio no se ha preparado para gobernar esta ciudad, no conoce la administración pública y nunca ha tenido que lidiar con la mañosa clase política.

Si es elegido, el propietario del América tardaría al menos un año en conocer a fondo los problemas de la ciudad, las complejidades de la Administración y en aprender a manejar a los concejales.

Cali no puede darse ese lujo en este momento. La persona que resulte elegida en los comicios de octubre se va a encontrar con una ciudad postrada, con la autoestima por el piso, sin Dios ni Ley.

Por eso, se requiere que comience a gobernar desde el primer día. Y por eso debe tener claro lo que va a hacer al frente de la ciudad. Eso solo lo puede hacer alguien que tenga el conocimiento y la experiencia suficientes.

Tulio tiene todo el derecho de ser alcalde de Cali, pero primero, insisto, tiene que prepararse para ello.

Tiene que caminar la ciudad, conocer de primera mano los problemas que agobian a la ciudadanía. Empaparse de cómo funciona la paquidérmica administración pública. Enterarse cómo son nuestros políticos para poder administrarlos.

Una vez haga ese curso, Tulio no solo será un gran candidato, sino que podrá ser un gran Alcalde.

Ojo, Tulio: para llevar a Cali a la categoría A hay que prepararse. Sería muy triste que un hombre tan querido por los caleños se convierta en una nueva frustración para la ciudad.