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Será distinto

Quien pretenda ser presidente en 2026 tiene que pensar que Petro y sus errores son cosa del pasado y debe poner toda su energía en construir ese nuevo país que no podrá ser igual al que teníamos...

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Ricardo Villaveces Pardo.
Ricardo Villaveces Pardo. | Foto: El País

6 de sept de 2025, 03:25 a. m.

Actualizado el 6 de sept de 2025, 03:26 a. m.

Los cambios que estamos presenciando en el Siglo XXI son tan dramáticos como acelerados. La convergencia entre la tecnología de la información y las ciencias biológicas está transformando radicalmente la vida humana y el entorno social. Por un lado, la capacidad de procesar y analizar cantidades masivas de datos mediante inteligencia artificial, algoritmos y redes de comunicación globales permite comprender procesos complejos antes inaccesibles.

La biología, por otro, se está apoyando en estas herramientas para descifrar el genoma, diseñar terapias personalizadas y explorar la manipulación de organismos con una precisión sin precedentes.

Es un mundo en el que la medicina puede anticipar enfermedades antes de que aparezcan, la agricultura incorpora biotecnología para enfrentar el cambio climático, y las interfaces entre cerebro y máquinas comienzan a generar confusiones acerca de que es lo que se puede considerar humano. La longevidad va en aumento y sorprende enterarnos de que, en Colombia, para hablar de lo cercano, hay más de catorce mil personas mayores de cien años.

Lo que se anticipa en lo relativo a la Inteligencia Artificial General y a la Superinteligencia va más allá de lo que pudiéramos imaginar y lo que ha sido un límite para muchos de estos desarrollos, como ha sido la capacidad de cómputo, va a superarse en un plazo cercano con los avances que se están logrando en la computación cuántica (que no son las matemáticas cuánticas de que habla el señor Petro).

Frente al complejo escenario geopolítico global se viene desarrollando en paralelo una revolución de la ciencia que debería tener a nuestros dirigentes pensando seriamente en cómo un país irrelevante en estos campos, como Colombia, puede prepararse para no quedar completamente marginado de estas megatendencias.

Poco o nada se le oye a alguno de la ‘montonera’ de candidatos hablar sobre el particular, cuando es apenas elemental que temas como el de los recursos para ciencia y tecnología deberían ser un asunto prioritario para quien pretenda liderar el país en estos tiempos.

La situación es más grave aún, pues Petro no solo cree que con sus desvaríos y verborrea está ocupándose de estos asuntos, sino que ha desmantelado al Ministerio de Ciencias, ha debilitado seriamente la financiación a entidades que deberían estar formando profesionales de excelencia en estos campos, como Colfuturo, y está dejando al país en una situación fiscal que, en el próximo mandato, va a obligar al gobierno a priorizar la reconstrucción de todo lo que arrasaron antes que impulsar, como se debería, la preparación para estos cambios.

Quien pretenda ser presidente en 2026 tiene que pensar que Petro y sus errores son cosa del pasado y debe poner toda su energía no solo en construir ese nuevo país que no podrá ser igual al que teníamos, ni tendrá en temas como la seguridad la ayuda de herramientas como el Plan Colombia, lo que plantea un reto formidable.

El próximo mandatario también, en la medida de lo posible, tendrá que ir preparando al país para esa nueva realidad que será un futuro global incierto, y, con seguridad, muy diferente a lo que hemos conocido.

Ingeniero industrial, Presidente de Asocaña por casi veinte años, consultor privado y miembro de múltiples juntas directivas en los sectores financiero, industrial, energético, servicios, educativo y de investigación. Escribe para El País hace más de veinte años.

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