Notas de esperanza

Con distintos enfoques y planteamientos, pero es indiscutible que el país votó por un cambio.

GoogleSiga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias

3 de jun de 2022, 11:35 p. m.

Actualizado el 18 de may de 2023, 04:48 a. m.

Para todos los colombianos (al menos la inmensa mayoría) el tema político ha puesto de lado los demás temas y lo seguirá haciendo en los próximos meses.

Primero con el resultado de la elección y luego con todas las preguntas que surgirán acerca de qué es lo que finalmente hará quien ocupe la presidencia. Quién lo va a rodear, cuántos de sus planteamientos de campaña pretenderá hacer realidad y cómo va a ser el encuentro de las aspiraciones como candidato con las realidades, limitaciones y complejidades del Estado en un escenario internacional complejo como pocas veces se había visto en las últimas décadas. Y estos son desafíos que tendrá cualquiera sea el que gane ante ese compromiso que ambos están adquiriendo con sus seguidores de cambiar el estado de las cosas.

Con distintos enfoques y planteamientos, pero es indiscutible que el país votó por un cambio. Seguiremos entonces en estos temas los próximos meses, pero también es conveniente hacer una pausa para pensar en temas más reconfortantes y esperanzadores que ponen de presente cómo, en paralelo con ese mundo de la política, se mueve esa otra Colombia que por todas las regiones y con múltiples manifestaciones busca crecer cultural y espiritualmente.

Hago referencia a uno de esos casos que merece atención. Me refiero a la Orquesta Filarmónica del Cali, entidad que contra viento y marea ha logrado subsistir después de atravesar difíciles períodos de angustias económicas, de haber prácticamente desaparecido en su primera versión de Orquesta Sinfónica y haber logrado renacer y desarrollarse con el apoyo de Proartes y de esas incansables trabajadoras de la cultura que han sido Amparo Sinisterra de Carvajal, Mariana Garcés y Beatriz Barros. La orquesta no solo ha sobrevivido y ha llevado su música a muchos colombianos, sino que ha logrado mantener un nivel que tiene que hacer sentir muy orgullosos a sus integrantes.

Desde hace años el Valle del Cauca enamoró al maestro Francesco Belli destacado director italiano quien viene desempeñándose como director titular y ha sido determinante en lograr el buen nivel que hoy tiene la orquesta y que ha hecho posible que directores y solistas extranjeros acepten actuar como invitados. Así ocurrirá, por ejemplo, el próximo once de junio con la presencia de un director ruso y solistas de Ucrania y Rusia en un concierto titulado: Música por la Reconciliación, poniendo de presente unos de esos temas bien gruesos, como es la guerra en Ucrania, que, por cuenta de nuestro proceso electoral, en Colombia parece que se estuviera olvidando.

A lo largo y ancho del país son muchas las iniciativas que luchan por salir adelante y deberían tener en cuenta el ejemplo de Filarmónica de Cali con un público que responde, aunque ojalá sea cada día más numeroso y sean más los apoyos que reciba tanto del sector público como del privado. Hay que pensar que, en lugar del odio, el miedo y la polarización asociados al proceso político, deberían ser este tipo de expresiones lo que impulse a los colombianos en la búsqueda de un país mejor.

Ingeniero industrial, Presidente de Asocaña por casi veinte años, consultor privado y miembro de múltiples juntas directivas en los sectores financiero, industrial, energético, servicios, educativo y de investigación. Escribe para El País hace más de veinte años.

Regístrate gratis al boletín de noticias El País

Descarga la APP ElPaís.com.co:
Semana Noticias Google PlaySemana Noticias Apple Store