Dèjá vu

La pandemia impulsó el proceso de transformación digital de una manera que nadie lo había imaginado y ha abierto un campo inmenso para quienes tienen conocimientos en el área de la tecnología.

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28 de ene de 2022, 11:35 p. m.

Actualizado el 18 de may de 2023, 04:43 a. m.

Recientemente, reconocidos economistas conversaban sobre el tema: Apertura Económica, Crecimiento y Exportaciones, a partir de resultados que recogen años de trabajo y estudio. La sensación que me quedó, sin embargo, fue la del llamado ‘Déjà Vu’, esa impresión de haber vivido antes el mismo momento.

Las preguntas y los argumentos eran los mismos de hace 30 años cuando se vivía el auge de la famosa apertura. Que si protección o no, que si medidas arancelarias o no arancelarias. Y no es muy distinto el discurso de los precandidatos por estos días. Se sigue mirando al país con la perspectiva tradicional, como si el mundo no evolucionara.

Poca atención se le presta a la economía de los servicios, cuando temas como el turismo pueden ser tan relevantes. Y en asuntos como la manufactura no se oye acerca de temas nuevos como el llamado ‘nearshoring’, que debería permitir la reubicación en Colombia de empresas internacionales que están sufriendo los problemas en sus cadenas de suministro, por cuenta de su dependencia de orígenes muy lejanos.

En la economía de servicios hay oportunidades más cercanas. Es hora, también, de mirar en serio cuáles son las posibilidades de Colombia frente a la Cuarta Revolución Industrial. No hay que hacer grandes esfuerzos para ver que es mucho lo que se puede lograr y en plazos relativamente cercanos.

La pandemia impulsó el proceso de transformación digital de una manera que nadie lo había imaginado y ha abierto un campo inmenso para quienes tienen conocimientos en el área de la tecnología. El mercado de los ingenieros, desarrolladores, programadores, expertos en analítica, entre otros, está siendo altamente demandado. Las personas se están pudiendo capacitar, no solo en la forma tradicional de la educación formal, sino que tienen acceso a infinidad de fuentes de información y formación, que son las mismas de cualquier otra persona con características similares en el resto del mundo.

Las alternativas son muchísimas y de todo tipo. Cursos gratis y también programas formales en línea, entre otros, y, más interesante aún, entrar a formar parte de un mercado globalizado.

Es emocionante ver que personas que están adquiriendo competencias en estos campos y viven en ciudades como Manizales, Popayán, Pasto, etc., no solo están siendo contratadas para trabajar con empresas en Bogotá, Medellín o Cali, sino en empresas del exterior. Los ingresos para muchas de estas personas ya se reciben o se valoran en dólares y quien tenga dominio del inglés ve crecer sus posibilidades de manera exponencial.

Empresas como los llamados unicornios eran impensables en Colombia. Hoy vemos que ya existen y vienen más. El acceso a los conocimientos en estos campos es muy amplio y se puede lograr desde cualquier parte.
Hay que impulsar temas como el del inglés y ofrecer una buena conectividad. La creciente demanda hace lo demás.

El trabajo formal y el espacio para el emprendimiento puede crecer mucho, con un impacto significativo y temprano en crecimiento, empleo y generación de divisas. El mundo de hoy es más que agricultura y manufactura.

Ingeniero industrial, Presidente de Asocaña por casi veinte años, consultor privado y miembro de múltiples juntas directivas en los sectores financiero, industrial, energético, servicios, educativo y de investigación. Escribe para El País hace más de veinte años.

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