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Armando Barona Mesa

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Para no olvidar

Esos jóvenes, adiestrados en destrucciones, se apoderaron de nuestra ciudad y la dominaron bajo el nombre de combatientes de “Primera línea” y en ejercicio de la ‘Resistencia’.

16 de septiembre de 2023 Por: Armando Barona Mesa

Aquellos hechos, cuando se desató la pandemia del covid-19, dejaron huella en el alma de los habitantes del mundo. En adelante todo se fue acumulando a una crisis económica y otra política. Después de haber desacreditado mediáticamente al gobierno de un hombre probo, joven, honrado, preparado y justo, como el presidente Iván Duque, con aquella campaña de mentiras y truculencias que dicen fue financiada por el señor George Soros, millonario promotor de movimientos de izquierda, la plaga ordenó el enclaustramiento de todos los habitantes de este país y del mundo entero. La gente moría sin que hubiere espacio en los hospitales para acogerlos. Tampoco en los cementerios para darles la última morada.

Aquella fue una pesadilla de la que aún no nos reponemos. Cuento macabro y sin parangón en esta “tierra de promisión”, que llamó el poeta José Eustasio Rivera.

Pero poco tiempo después habrían de llegar otros acontecimientos de desgracia, cuidadosamente planeados desde la campaña del señor Petro y bajo su propia iniciativa, antes de este viajar en una pausa de gusto personal a Italia -donde lo atacó el Covid 19-. En estos parajes europeos podía vivir a sus anchas el líder izquierdista, hoy presidente, con gran satisfacción, como un pachá. Tenía a su servicio apartamentos tanto en Roma como en París. ¡Qué viva la abundancia!

Dejó todo previsto con trabajo especializado y múltiple confiado a la Cut. Dentro de este plan habría movilizaciones aparentemente pacíficas y alegres en las principales ciudades. Mas estaban alistadas para una segunda fase unas cuadrillas de jóvenes armados y preparados para la violencia. Iban a tener escenario, especialmente en Bogotá, y lo tuvieron; y en segundo lugar en la ciudad de Cali. Esos jóvenes, adiestrados en destrucciones, se apoderaron de nuestra ciudad y la dominaron bajo el nombre de combatientes de “Primera línea” y en ejercicio de la ‘Resistencia’. Buscaban erradicar de apariencia la competencia del gobierno. Y todo esto ocurrió aquí bajo el amparo de un alcalde cómplice (Jorge Iván Ospina), que obraba dentro de un izquierdismo propio y heredado de su padre.

Ah, destruyeron con eficacia los semáforos y el transporte público, patrimonio de toda la ciudad. Quemaron policías y ambulancias e incendiaron el hotel La Luna. Y se autoproclamaron los dueños del tránsito, de una manera que impedía la circulación de alimentos y de ambulancias con enfermos que morían. Fue preciso vivir esa otra pesadilla después del Covid, en la que murieron tantos seres humanos.

Y aquellos ‘protagonistas’ siguen actuando en política; bajo auspicios del gobierno Petro, que les ha entregado un billón de pesos para que no hagan la guerra y no maten. Son, según el gobierno, muchachos buenos a los que todo se les ha negado. Pero dentro de ese juego calculado y previsto en los textos marxistas, se convirtieron en activistas iguales a aquellos actores de la revolución de octubre de 1917. Y hasta es posible que nadie aquí recuerde lo que fue esa cortina de hierro estalinista y los archipiélagos Gulah, que muestra con dolor el gran escritor ruso Alexandr Solzhenitsyn.

He recordado esto cuando veo la noticia de que en un congreso de juventudes en el hotel Torre de Cali al que asistieron los respetables candidatos a la alcaldía Alejandro Eder, Wilson Ruiz, Diana Rojas, Miyerlandi Torres y el señor Denis Rentería, atacaron a personas tan respetables como el exministro Wilson Ruiz y Alejandro Eder a cuya hermosa y delicada cónyuge, actriz de renombre, hicieron llorar y correr. Los agresores dijeron con orgullo que eran la Resistencia. Y mostraron el poder de su violencia. Parece que siguen con el alcalde. Vistos estos hechos, imagínese el amable lector el futuro que nos aguarda.

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