Para contarnos mejor

No me canso de escribir en este valioso espacio sobre la importancia que tienen para el país cada uno de sus empresarios. Sin ellos no es posible avanzar y generar progreso para todos los colombianos gracias a su significativo aporte a la inversión, el empleo y el bienestar social. Por ello, debe ser un propósito colectivo diseñar políticas públicas y programas que impulsen el empresarismo y la confianza, dos grandes pilares del desarrollo.

Una acción clave en este propósito es continuar profundizando sobre las principales características del sector empresarial, como lo hacen las Cámaras de Comercio con la actualización anual del registro mercantil. Esto se verá reforzado con el importante Censo Económico Nacional Urbano que el Dane emprenderá en el segundo semestre de este año.

La ONU recomienda hacer censos económicos mínimo cada cinco años. En un informe técnico de 2010, reportaba que el 83 % de los países desarrollados cumple con esa práctica, mientras que los restantes los ejecutan cada 10 años. En América Latina, más de la mitad los llevan a cabo decenalmente, donde se destaca el caso de México, que desde 1930 lo hace cada cinco años.

Infortunadamente, el país cuenta con 34 años de rezago, pues realizó el más reciente en 1990. De allí la importancia del Censo Económico 2024, que será realizado por más de diez mil censistas en 1.102 municipios y 18 áreas no municipalizadas, el cual permitirá planificar la hoja de ruta económica para los próximos 10 años dado que se podrán conocer las principales características de los negocios o unidades económicas y contar con datos que servirán para la toma de decisiones de las entidades públicas y privadas. Asimismo, proporcionará una radiografía de la denominada economía popular.

Un gran aporte en este objetivo es la información del Registro Único Empresarial y Social - RUES, de las Cámaras de Comercio, la gran central de información empresarial de Colombia, que aportará datos valiosos para la aplicación del Censo. Igualmente, por su enorme capilaridad en la región colombiana, las Cámaras de Comercio serán un poderoso aliado para la realización del Censo, al apoyar con su divulgación entre los propietarios de establecimientos para generar un mayor entendimiento de la importancia de este insumo estadístico para la hoja de ruta del desarrollo económico del país.

Esperamos que con la información empresarial que surja a partir de los resultados del Censo Económico Nacional Urbano, que se conocerán el próximo año, el país no solo tenga un registro histórico de sus unidades productivas, sino que sea un impulso de fondo para acciones conjuntas de los sectores público y privado en beneficio del sector empresarial. No podemos dar más espera a la necesidad de fortalecer esta tarea de la que depende en buena medida afrontar retos actuales, como el preocupante freno que afrontan sectores como la construcción y el comercio, por lo que se requiere definir en esta coyuntura de incertidumbre autoinfligida los planes desde alcaldías y gobernaciones que impulsen el crecimiento económico y el progreso de todos los colombianos.