Traer hijos a este mundo
Mi generación será la última del “creced y multiplicaos”, que nos condujo a este caos multiplicado.
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6 de mar de 2022, 11:40 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 11:40 a. m.
Me advirtió mi hijo que no tendrá hijos. Quizá algún día decida adoptar, pero hijos biológicos no traerá.
Sostiene que su generación debe arreglar el desequilibrio causado por nosotros, los procreadores. Dice que su generación lo tiene claro: no reproducirse, más bien autoextinguirse, contener por omisión el estallido demográfico humano que tiene a las demás especies del planeta amenazadas.
Hacer espacio para la racional explotación de los recursos, ser menos para que los peces, las aves, los felinos tengan derecho a coexistir.
Mi generación será la última del “creced y multiplicaos”, que nos condujo a este caos multiplicado. Su generación no someterá la Tierra, intentará someterse a ella.
Al cumplir 18 será vegetariano, respetará por lo pronto mi tutela carnívora y mis diatribas pro-proteína. De pie frente a la puerta de mi habitación, metro setenta, 43 en la talla de los zapatos, me anuncia que a partir de ahora entra a la adolescencia.
Eso implica, notifica sereno, que no seré el centro de su agenda; tampoco el colegio, aunque siga siendo un alumno sobresaliente. Debe reconocerse en sus pares y hacer de sus amigos su tribu.
Me anuncia mi hijo que no seguirá mi consejo-advertencia profesional. Eligió para su énfasis lo que le hace sinceramente feliz. No sabe cuánto tiempo le quede al planeta, o si habrá tiempo para malgastarlo en contravía de sus talentos.
Los años de colegio que le quedan los gastará en literatura latinoamericana, filosofía, francés, historia, argumentación y servicio social.
Dice que sus amigos estudiarán ciencias, que la pandemia mató a los Messis y revivió a los médicos, químicos e investigadores. Buena noticia. No le interesan los duelos de Residente versus Balvin; le ocupa el segundo tomo de La Muerte del Comendador.
Entiendo su decisión. Traer hijos a este mundo que se arma, o mejor dicho, que se desarma, parece ahora mismo de una crueldad y una irresponsabilidad inimaginable. Traer un hijo a este mundo de Putin, Petróleo y Perreo es un sobregiro de optimismo, un disparo en el propio pie, ver las noticias con doble o triple estupor.
Dolerse por el niño que apagó su vida para no tener que soportar el bullyng, es saltar al Cauca en rescate del niño que intentó ahogar su propia madre; es hacer duelo por la niña venezolana, migrante y sola, que asesinaron en Pereira después de someterla al abuso sexual. Es tener que explicar Chernobil, no en los libros de historia sino en los periódicos de hoy.
Sigue en Twitter @PGPaolaGuevara

Directora de El País, estudió comunicación social y periodismo en la Pontificia Universidad Javeriana. Está vinculada al diario EL País desde 1992 primero como periodista política, luego como editora internacional y durante cerca de 20 años como editora de Opinión. Desde agosto de 2023 es la directora de El País.
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