Tiempo, ¿perdido?

Ha sido el año de reconocer la labor de los colegios, su esfuerzo por renovarse y sortear tantas situaciones como familias existen

GoogleSiga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias

7 de feb de 2021, 11:45 p. m.

Actualizado el 18 de may de 2023, 06:46 a. m.

Ser un niño en edad preescolar, en esta pandemia, ha sido llevar una carga generacional que dejará huella, no solo personal sino comunitaria. Hay un antes y un después.

Resguardados en casa, lejos del colegio y sus espacios, lejos de los amigos y los maestros, ver el mundo a través de una pantalla y desarrollar competencias físicas e intelectuales en una experiencia desligada del cuerpo presente, tendrá que ser estudiado en los años venideros por sus efectos.

Pareciera que el tiempo de encierro, casi un año escolar completo, ha pasado cuentas de cobro académicas, además de emocionales para los niños y sus familias.

Y si esto es cierto en el caso de los niños que caben dentro del rango de lo que es considerado promedio, qué decir de aquellos que tienen un desafío particular en su proceso de aprendizaje.

Hablemos, por ejemplo, de los menores que han sido diagnosticados con asperger, o todos aquellos que requieren aprender de una forma no convencional: los neurodiversos en todas sus vertientes.

Y si a esto le añadimos entornos marginales, donde brillan por su ausencia los recursos tecnológicos y económicos, la situación de rezago se revela mucho más aterradora.

Ligar las expectativas de un niño con desafíos de aprendizaje, a la eficacia de los ministerios de Salud y Educación, es perderlo; someter la paz mental de las familias a la eficiencia de las EPS, es malograrse de
antemano.

No queda otra opción que trabajar desde lo posible, desde aquello en lo que sí podemos influir: la casa y la escuela. Y por tanto, lejos de haber sido un año perdido en el desarrollo académico y social, ha sido una era de grandes aprendizajes.

El primero de todos, la paciencia, el dominio propio, la tolerancia a la frustración. La disciplina, que implica sentarse a recibir una clase por Zoom, de la mano con los maestros, esos héroes cuyo esfuerzo y talante ha sido el mejor descubrimiento y la mejor ratificación.

Ha sido el año de reconocer la labor de los colegios, su esfuerzo por renovarse y sortear tantas situaciones como familias existen.

Ha sido el año de pasar más tiempo juntos, de crear memorias, de solidificar lazos, de conocernos, de agradecer, de hacer equipo, de ejercitar la solidaridad, de ayudar y, sobre todo, de pedir ayuda. ¡De aprender a recibirla!

No puede hablarse de tiempo perdido mientras el amor sea la asignatura ganada. La esperanza es una elección. La gratitud, un músculo entrenable.

Sigue en Twitter @PGPaolaGuevara

Directora de El País, estudió comunicación social y periodismo en la Pontificia Universidad Javeriana. Está vinculada al diario EL País desde 1992 primero como periodista política, luego como editora internacional y durante cerca de 20 años como editora de Opinión. Desde agosto de 2023 es la directora de El País.

Regístrate gratis al boletín de noticias El País

Descarga la APP ElPaís.com.co:
Semana Noticias Google PlaySemana Noticias Apple Store

AHORA EN Paola Guevara