El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

El significado de distrito especial (1)

Una ciudad está compuesta por dos elementos, el urbano y el humano, que tienen que acomodarse para convivir.

10 de marzo de 2019 Por: Ode Farouk Kattan

A medida que estamos desarrollando la figura con la que el Gobierno Nacional nos ha presuntamente favorecido, y digo presuntamente pues ello solamente ocurrirá cuando ejecutemos todas las bondades que se derivan de tener un distrito acorde con la definición romana de ‘districtus’ (recogido) que implica un ordenamiento civil acompañado por una suficiencia social, cosa que descarta de tajo la figura de pueblo grande a que hemos llegado por nuestra mal llamada planeación que reemplazó al plano regulador (planeación del terreno) sin planificar al habitante y sus necesidades.

Es claro que esta situación está relacionada con la razón que la Nación tuvo para decretarnos distrito especial para mediante la figura de ‘especial’ centrarnos en corregir el amplio desorden en que se ha vuelto la ciudad (según el diccionario, ‘pueblo grande’).

Una ciudad está compuesta por dos elementos, el urbano y el humano, que tienen que acomodarse para convivir.

En Cali el urbano, compuesto por el ‘hábitat’, y dejo este tema para los constructores pues en ese campo no gravito, y el ‘trabajat’ pues como ingeniero industrial sí he intervenido en el desarrollo del trabajo del comercio y la industria, han sufrido verdaderos desastres por un pésimo manejo por parte de un estamento político quizá desconocedor de la importancia de su gestión.

A esto se debe que la ciudad construida sea un desorden y que la población sufra de una ausencia de oportunidades en el campo del trabajo. Este fue, sin lugar a dudas uno de los elementos para declararnos en la figura de distrito especial, pues se conoce que la especialidad en la administración pública, significando especialidad un manejo claro y eficiente de ‘la cosa pública’, puede conducir a mejorar el funcionamiento de una ciudad, como se ha visto en ejemplos en el mundo moderno, pero solamente en la medida que la ciudad tenga un plan de desarrollo con metas que conjuguen el ‘hábitat’ (el espacio para disfrutar de la vida) y el ‘trabajat’ (el espacio para ganarse la vida).

Cali, infortunadamente, a pesar de haber tenido tiempos de buen ‘trabajat’, que le lograron también un buen ‘hábitat’, y un prestigio comercial e industrial ha venido a menos, por habernos agrandado ‘de más’ y es allí donde debe comprometerse el desarrollo del distrito especial como meta de unión de propósitos, pues si por algo estamos como estamos es porque no tenemos lo que el latín nos enseña con la palabra distrito –‘recoger’, es decir unir la ciudadanía alrededor de metas comunes y evitar que precisamente por pretender distritarnos sin objetivos claros y disensiones oscuras lo que hagamos sea lo contrario.

Cali ya es parte de un conglomerado de ciudades (Yumbo, Jamundí, Palmira, Candelaria, etc., que comparten desde afuera el modo de vida de ella, (el imaginado G-11) y no serán parte del distrito. Esto será un reto importante para Cali, pues ya estas ciudades han avanzado mucho en su urbanización y modo de vida y si Cali no aplica cuidadosamente su capacidad de ‘distritarse’ va a retroceder más que avanzar.

Cali no puede cometer el error de creer que si se dedica a oficios de poco rendimiento económico como son algunos servicios y algunas actividades lúdicas va a progresar en un mundo cada vez más exigente y que una creciente población puede ser satisfecha con empleos que no le signifiquen un ingreso que les sirva para progresar y de contera hacer progresar a su ciudad.